Miércoles 26 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 30 y 31 > Sociedad
Lo difícil de educar "soberano estómago"
"Comer barato" no aporta nutrientes. El sedentarismo es la base del problema.

De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, un 20% de las mujeres en edad fértil tienen un índice de masa corporal por arriba de 30. En los niños se vio que la obesidad tenía una prevalencia del 9% y avanza en todos los grupos de edad. Eso es resultado de varios factores, genéticos por una parte, pero también el sedentarismo, los malos hábitos alimentarios y la gran oferta de productos con alta densidad calórica son responsables.

Las clases más pudientes parecen ser los que menos lo sufren. "Si bien la obesidad se da en todos los estratos sociales, quienes no poseen tantos recursos económicos para comprar alimentos más sanos consumen una gran cantidad de calorías, muchas de ellas vacías, sin aportes de nutrientes esenciales", aseguró el jefe del servicio de Nutrición del hospital San Martín, Carlos González Infantino, durante la realización de la Semana de la Nutrición y Factores de Riesgo llevada a cabo recientemente.

No obstante, siempre se puede comer mejor y una de las claves para esto es la educación y políticas sanitarias tendientes a disminuir el sedentarismo. "Las personas tienen que saber comer y tener lugares disponibles y tiempo para realizar actividad física; si una persona trabaja 12 horas por día difícilmente le queden ganas y espacio para hacer ejercicios", subrayó González Infantino. Durante la primera semana de diciembre los nutricionistas del hospital realizaron controles de peso, midieron los factores de riesgo -tensión arterial, glucemia- y en aquellos pacientes donde fue necesario, se recomendó un seguimiento por consultorios externos. Pero lo central, sostienen, es la educación a las personas sobre la importancia de una buena nutrición como forma de prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.

 

Propuestas para una alimentación saludable

 

Alimentarse para mantener un peso estable cercano al normal y posible. Muchas veces el peso ideal o deseable no es el peso al que puede llegar el individuo, quien puede estar sano con un peso estable distinto y que pueda mantener en el tiempo. Esto tiene que ver con la estructura ósea y con el condicionamiento genético, entre otras cosas.

En caso de exceso de peso, es útil reducir el peso actual un 10%. En un individuo de 100 kilos y con 1,70 de altura, por ejemplo, la tabla de peso idea indicaría 68 kg como peso adecuado. No obstante, no es necesario que llegue a ese peso para estar saludable.

"Que un paciente alcance un 10% menos de su peso inicial es fundamental porque va a estar más sano y va a tener menos factores de riesgo. Hoy el centímetro es tan importante como la balanza, porque dependerá del lugar en donde se ubique el exceso de grasa, el problema es cuando se localiza en el abdomen", sostuvo el nutricionista.

La circunferencia del abdomen en la mujer debe ser entre 80 y 88 cm y entre 94 y 102 cm en el hombre, pasados estos valores hay riesgo de enfermedad cardiovascular.

Recibir siempre una alimentación variada, rica en cereales, legumbres, frutas y vegetales. Mediante la alimentación se debe recibir la misma cantidad de calorías que se consume, y tener todos los principios nutritivos que el cuerpo necesita. No hay alimento que de por sí solo ofrezca todos los nutrientes.

"Aún persisten mitos con respecto a algunos alimentos, por ejemplo el huevo. La yema de este tiene 250 mg de colesterol, pero mucha parte de ese colesterol no es absorbible. Por otro lado tiene fosfolípidos y otras grasas que son beneficiosas para el cuerpo con lo cual es un buen alimento, a su vez la clara tiene 4 gramos de proteínas de altísima calidad en la alimentación", explicó el nutricionista.

 

Los lácteos son importantes

 

El lácteo aporta calcio y proteínas de altísima calidad. Proporcionan lamentablemente grasas saturadas, pero en 100 cm3 de leche hay sólo 3 gramos. En una leche descremada alrededor del 1%, no es una cantidad desmesurada. En los quesos convienen los más magros porque los duros pueden llegar a un 30% de grasas.

Reemplazar, en lo posible, parte de la carne vacuna y de ave por pescado de mar. "El hombre primitivo comía mucho más pescado que el hombre actual, hoy hay un desequilibrio en la alimentación a favor de otras carnes. Desde hace unos años se conocen propiedades muy importantes del pescado ya que consumirlo entre dos y tres veces por semana aportan ácidos grasos -omega 3- que son de suma importancia en la alimentación humana para prevenir enfermedades cardíacas", aseguró González Infantino.

Disminuir la ingesta de grasas saturadas. Son aquellas que a temperatura ambiente se mantienen sólidas, presentes en la carne, el pollo, los quesos muy grasosos, en las vísceras, en los fiambres. Cuando se ingieren hay mayor producción de lipoproteínas en el hígado, que contienen triglicéridos y colesterol.

Disminuir la ingesta de grasas trans. Están presentes en casi todos los productos industrializados. Los ácidos grasos trans, que no solamente suben el colesterol total y el malo -LDL- sino que además bajan el bueno ó HDL.

Limitar el agregado de sal a las comidas. Según datos de la Fundación Cardiológica Argentina, en el país se consumen un promedio de 12 gramos de sal por día, una cifra difícil de digerir si se toma en cuenta que la medida aceptable para prevenir la hipertensión arterial es de 5 gramos diarios y que, para los pacientes hipertensos, la indicación es de apenas 2 gramos.

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