La causa que se sustancia en Miami relacionada con la valija repleta de dólares que trasportaba el venezolano Guido Antonini Wilson , incautada en Ezeiza y con un destinatario aún desconocido, entró en la etapa de las primeras apelaciones.
Ayer, el diario "El Nuevo Herald" de Miami informó que dos de los empresarios venezolanos acusados de confabularse para silenciar a Antonini Wilson, pidieron a un magistrado federal una nueva audiencia de detención. Alegaron que su defensa inicial fue deficiente y no se les reconocieron varios derechos.
En un extenso memorial, el abogado del empresario Carlos Kauffmann, Neil M. Schuster, sostuvo que el defensor inicial de su cliente "no estaba suficientemente preparado" y ni siquiera tenía copia de la denuncia criminal al momento en que Kauffmann fue presentado ante el magistrado de turno. "El acusado no recibió asistencia efectiva y competente'", escribió Schuster. "El abogado tuvo muy poco tiempo o ninguno para analizar con el acusado los hechos '', agregó.
Kauffmann y el también empresario venezolano Franklin Durán fueron representados por el abogado Michael Hacker en una audiencia inicial el 12 de diciembre en la cual fueron notificados de una denuncia criminal por conspiración para actuar como agentes de Venezuela sin autorización de Estados Unidos.
En una moción presentada el viernes, el abogado Ed Shohat quien representa a Durán también argumentó que su cliente "no recibió el tipo o calidad de audiencia de detención" como lo contemplan las normas que rigen este procedimiento y las que regulan la relación entre el abogado y su representado.
Según la acusación, Kauffmann, Durán y tres personas más trataron de intimidar a Antonini para que ocultara el origen y el destino de una valija con unos u$s 800,000 que le fue confiscada a su arribo a Buenos Aires en un vuelo privado el pasado 4 de agosto. Durante la audiencia inicial de presentación de cargos, Hacker se quejó de que no tenía ni siquiera copia de la denuncia pero sus alegatos de que sus clientes merecían libertad bajo fianza por cuanto no ofrecían peligro de fuga ni un amenaza a la comunidad, no surtieron efecto.
El magistrado de turno, Robert L. Dube, acogió los argumentos del fiscal Tom Mulvihill quien aseguró que los empresarios no sólo representaban un riesgo de fuga sino que de ser liberados "obstruirán la justicia, amenazarán, le harán daño o intentarán hacerlo e intimidarán a un testigo potencial". El fiscal agregó al cuadro de riesgo el hecho que que un avión privado propiedad de Durán y Kauffmann estaba en un aeropuerto del sur de la Florida.
En la audiencia, según Schuster, no se hubo esfuerzos por presentar los antecedentes de su cliente. Tampoco se consideraron opciones para la libertad bajo fianza con condiciones tales como el arresto domiciliario en Miami, vigilado por guardias, el uso de brazalete electrónico, la entrega de pasaportes, entre otros. (El Nuevo Herald)
