La figura de ídolo indiscutido que supo forjar Matías Rossi se agiganta día a día, gracias a victorias contundentes y atrapantes. El sucesor de Juan María Traverso logró su segundo título consecutivo en el TC 2000 y fue premiado con el Olimpia de Plata, postergando al campeón del TC, Christian Ledesma, algo que no ocurría desde hace muchos años. El piloto de Del Viso también fue subcampeón del TC.
El "Granadero", que se desvinculó de Chevrolet y podría sumarse a las filas de Renault (ver aparte), tuvo un año bárbaro, ratificando que en la actualidad no hay mejor piloto, con un carisma que lo hace diferente al resto.
Rossi logró su segundo título en fila en el TC 2000 y aportó mucho para el de marcas, que consiguió Chevrolet.
Además, volvió a su viejo amor, el karting. Y se quedó con el Master de Pilotos en otra contundente exhibición de sus cualidades para conducir.
Ledesma fue otro de los destacados, porque se debía a sí mismo una prueba de capacidad. Despertó de golpe, rompió con todos los esquemas del TC y se llevó el título antes de cerrar el certamen.
Contundente, soberbio, aplastante, fuera de lógica. Obligó a rever las normas vigentes. Con 6 victorias pasó a ser el campeón más ganador de la última década.
Para semejante logro el marplatense contó con un auto sensacional, acompañado de un equipo de excepción, el HAZ, donde el chasista Alberto Canapino y el motorista Jorge Pedersoli fueron un dúo imposible de superar.
El ascendente Top Race V6 crece y crece, con un parque automotor cada vez más fuerte y una plantilla de pilotos de elite. En ese contexto Emiliano Spataro fue el campeón de una temporada muy reñida, a punto tal que el título se definió en la última competencia, más bien en los últimos giros.
Fue un final tremendo, porque Diego Aventín no se rindió nunca, sólo que ese día su auto sufrió un desgaste impensado.
El epílogo que la categoría, liderada por el salteño Alejandro Urtubey, merecía. También, Spataro, más recordando el despojo a que fue sometido en la definición del año anterior.
El Turismo Nacional fue otra de las categorías que tuvieron un año brillante con pruebas de alto contenido emotivo y mucha adrenalina. Ezequiel Bosio se consagró campeón de la Clase 3, y Joaquín Volpi lo hizo en la 2. Todo se definió en la última jornada.
La nota triste: las muertes de Guillermo Castellanos en Comodoro Rivadavia y el entrerriano Gabriel Werner en Córdoba.
Tras el accidente del piloto de Nueve de Julio, la ACTC tomó drásticas medidas y bajó los acompañantes. Todo un hito en la división. Después fue el turno de los pontones laterales en función de la seguridad. Bienvenidos.
