SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En los últimos dos años los números de la afluencia turística a esta ciudad revelan una caída superior al 9% para los meses de verano, y si los totales por año todavía son auspiciosos es por el formidable aporte del invierno y los meses de "baja temporada". Con esos números en la mano, la Secretaría de Turismo municipal orientó los últimos esfuerzos promocionales a romper esa tendencia en el verano 2008.
Los primeros datos son alentadores porque hasta hace un par de días el promedio de reservas en hotelería y bungalows para enero próximo ronda el 70%. Además, los antecedentes marcan que ese número es un piso fácil de superar porque muchas familias recién definen sus vacaciones en la última semana de diciembre.
El secretario municipal de Turismo, Juan Carlos Cornelio, admitió que en los últimos dos años hubo una reducción de turistas chilenos que generaron fuerte impacto en la ciudad.
Lo atribuyó al precio diferencial en los combustibles para extranjeros (que antes los turistas del país vecino consideraban una ventaja clave) y también a la promoción turística que realiza el gobierno chileno para retener a los viajeros en su país.
En el trimestre enero/marzo del 2005 Bariloche recibió 243.224 turistas. En el 2006 ese número se redujo a 235.045 y este año volvió a caer a 221.246 (un 9,04% menos que dos años antes). El dato más elocuente aparece en febrero, donde la caída bianual fue del 17,21%. Ese mes el ingreso a la ciudad de turistas "de países limítrofes" (chilenos en su mayoría) se achicó nada menos que un 39,7%. Aun así, los totales siguen dando buenas noticias, porque en el 2005 Bariloche recibió 727.784 viajeros y el año pasado alcanzaron los 804.823.
Este año aparece sin embargo la primera señal de alerta, porque en el parcial enero/septiembre arribaron a la ciudad 612.649 turistas, un 3,3% menos que en el 2006.
Del desglose mes a mes surge que el déficit notorio del verano queda neutralizado en buena medida con el otoño y el invierno. Por ejemplo, el trimestre abril/junio de este año aportó a la ciudad un total de 101.436 visitantes, un 21,32% más que el mismo segmento en 2005.
Pero los meses "pico" son julio y agosto. Hace dos años la ciudad recibió en esos 60 días un total de 158.052 turistas, que en el 2006 saltaron a 195.510 y este año a 197.436, un 24,91% más que en el 2005.
La procedencia
En cuanto a la procedencia, el reparto no sufre grandes alteraciones. Los visitantes argentinos fueron un 63,1% del total en el 2005 y este año, hasta setiembre, suman el 64,3%.
Los extranjeros de países limítrofes eran el 20,8% hace dos años y en el 2007 crecieron levemente al 21,5%. En este subgrupo la baja de chilenos queda compensada con la curva ascendente de brasileños, que apuntalan los números del invierno.
Los extranjeros del "resto del mundo" (especialmente latinoamericanos, estadounidenses, israelíes y europeos) participaban con un 16% del total en el 2005 y este año cayeron al 14,1%.
Cornelio opinó que "sin dudas el fuerte crecimiento del turismo que hubo a partir del 2002 con la salida de la convertibilidad, ahora se estabilizó". Consideró que buena parte de ese fenómeno "no se origina en un problema de demanda sino de oferta", al que relacionó especialmente con las limitaciones del transporte aéreo y la escasez relativa de plazas hoteleras de 4 y 5 estrellas, que son las de mayor ocupación promedio.
Para el secretario de Turismo, "la forma de salir de esta meseta es con nuevas inversiones y con políticas de promoción, sobre todo dirigidas al mercado internacional".
