Unas 90 ballenas francas australes murieron varadas en las costas de la Península Valdés, en la provincia de Chubut, durante la última temporada de reproducción de cetáceos, que se extiende de mayo a noviembre. La cifra es la más alta registrada desde 1971, duplicando las de los últimos años, y constituye el 32 por ciento de las ballenas vivas observadas esta temporada en las aguas costeras de Península Valdés, explicó al diario "La Nación" Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB). El 90 por ciento de los ejemplares muertos son crías de hasta 8 metros de largo.

La inusual mortalidad de ballenas fue detectada por el Programa de Monitoreo Sanitario de la Ballena Franca Austral, que integra el ICB, la Sociedad de Conservación de Ballenas de los Estados Unidos y la Fundación Patagonia Natural. En años anteriores, la cantidad de ejemplares que murieron varados en las costas argentinas fue del 16 por ciento en 2003, del 14 por ciento en 2004, del 20 por ciento en 2005 y del 10 por ciento en 2006. "Algo ocurrió en octubre y noviembre como para que 83 animales murieran tan rápido sólo en el Golfo Nuevo", al sur de la península, frente a la ciudad de Puerto Madryn.

En el Golfo San José, al norte, en cambio, aparecieron 7 ejemplares muertos.

Ahora la gran duda es ¿por qué murieron tantas ballenas? Para descifrar ese enigma, se sumaron Bill McLellan y Michael Moore, científicos del NMFS, y Katie Touhey, del Fondo Internacional para el Bienestar Animal. Durante su estadía en Chubut, realizaron diez necropsias de ballenas francas.

Según Nadia Mohamed, coordinadora de campo del programa, se pudieron realizar necropsias parciales o totales en los cuerpos que se encontraron en mejor estado de conservación. Y la veterinaria Marcela Uhart, codirectora del programa, confirmó: "Las muestras obtenidas este año fueron enviadas a laboratorios especializados para su análisis", pero no descartó que el estado avanzado de descomposición de las ballenas muertas en el momento de ser reportadas y estudiadas dificultara mucho la determinación de las causas de muerte.

Una marea roja

Hasta que se obtengan los resultados de laboratorio de las necropsias de ballenas muertas, la principal hipótesis sobre la causa de la mortandad se refiere a que en aguas del Golfo Nuevo se registró en octubre una marea roja con una intensidad muy poco frecuente. "A veces, las algas tienen floraciones que generan un nivel de concentración de biotoxinas letal para los animales y el ser humano", explicó Sironi.

También se evalúa si hubo factores de contaminación humana que incidieron. "En el Golfo Nuevo, gran parte de la floración de las algas se debe al desagüe de líquidos cloacales, que provienen de una planta de tratamiento en Puerto Madryn y que desemboca en las aguas del golfo", explicó Diego Taboada, director del ICB. (Agencias)