Jueves 20 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 18 > Regionales
La AIC estudia cómo sería el río con Chihuido I y II
Con la crisis energética los proyectos sobre el Neuquén cobran mayor importancia. El organismo elabora modelos de operación de embalses y erogaciones.

NEUQUÉN (AN) - Los proyectos para construir dos nuevas presas sobre el río Neuquén, Chihuido I y II, están más cerca de convertirse en una realidad. Prueba de ello es que la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), donde están presentes Neuquén y la Nación, ya está analizando cómo deberían operarse las cotas de los embalses y las erogaciones de acuerdo con los caudales entrantes a estos dos complejos hidroeléctricos.

Estas obras fueron impulsadas por empresas privadas durante la segunda mitad de la década pasada, bajo el amparo de la iniciativa privada que les concedieron los gobiernos de Felipe Sapag y Jorge Sobisch.

Pero las obras no cerraban sin aportes estatales porque el precio de la electricidad era muy bajo porque sobraba oferta. Se apeló entonces a un compromiso del gobierno nacional en el momento de privatizar, por separado, las presas que había construido Hidronor: habría aportes públicos a obras para prevenir las consecuencias de una crecida máxima probable de los ríos Limay y Neuquén.

Esa crecida máxima probable tendría un caudal medio diario de 13.200. Según el diseño de Portezuelo Grande, la presa que conduce el agua del Neuquén hacia la depresión natural Los Barreales, la capacidad de derivación de esta obra es de 11.500 metros cúbicos por segundo, una marca que está por debajo de la máxima probable.

Aparecieron consultores, ex funcionarios y otros especialistas contratados por las empresa privadas Cartellone e IMPSA (Pescarmona) que calcularon que el aporte nacional para prevenir esa crecida es de 70.000.000 de dólares. Y el gobierno neuquino de Sobisch hizo suya la cifra.

No hubo funcionario nacional que aceptara como justo el reclamo provincial; ni siquiera tomaron como cierto el cálculo de la crecida máxima.

Hace un año y medio, una crecida extraordinaria casi se lleva Portezuelo Grande, lo que hizo tomar conciencia a los funcionarios nacionales.

La concesionaria de esa presa y del complejo que la contiene, Cerros Colorados, es Duke Energy. Anunció esta empresa que invertiría en recrecer la obra porque de esa manera, según determinaron autoridades mundiales en la materia, aumentaría la capacidad de derivación.

En el medio, una jueza y una cámara federal le ordenaron al gobierno nacional que realizara las inversiones en el río.

Ahora que la oferta eléctrica es escasa y cualquier nuevo aporte en generación se remunera mejor, la ecuación financiera de la construcción de Chihuido I y Chihuido II cambió.

Trascendió que técnicos de la AIC están elaborando modelos del comportamiento del río con las dos presas funcionando en complemento con Cerros Colorados. Cualquier proyecto hídrico en los ríos de la cuenca del Negro debe tener la aprobación de este organismo, que además es el regulador del uso del agua.

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