NEUQUÉN (AN).- Sergio Daniel Díaz (24), acusado de dispararle a un policía que lo detuvo en un puesto de control de tránsito en Senillosa, fue condenado ayer a cinco años y seis meses de prisión por el delito de lesiones graves, abuso de arma de fuego y portación ilegítima de arma de guerra.

La resolución la emitió en forma unánime la Cámara Criminal Segunda, que determinó una pena menor a la que había solicitado el fiscal Pablo Vignaroli, y por un delito diferente al que lo había acusado.

El hecho juzgado ocurrió el pasado 6 de junio, alrededor de las 22.15 y en el puesto policial de la báscula en Senillosa, sobre la ruta nacional 22. Aparentemente, el acusado asaltó una aseguradora en Cutral Co y huyó en taxi hacia esta ciudad. Como el auto tenía problemas de luces, los uniformados lo detuvieron e hicieron bajar al taxista y a Díaz. El control se realizaba sin problemas hasta que obligaron al acusado a abrir una de sus mochilas. De allí sacó un arma calibre 38, uno de los dos efectivos que lo cercaban se le fue encima, forcejearon y luego el policía terminó herido con un balazo en el tórax. Díaz escapó y se perdió en el campo en medio de la oscuridad. Lo atraparon al otro día.

Los jueces Emilio Castro, Víctor Andrada y Héctor Dedominichi afirmaron que "no se puede descartar que Díaz haya tirado sin hacer ninguna puntería; supongamos que hubiera querido disuadir a los policías amenazando, sorprenderlos para que no tuvieran tiempo de hacer nada en su contra. Tampoco lo pensó mucho, porque el efectivo iba a descubrir el arma, así que tuvo que decidir si se entregaba o actuaba sin tener tiempo para pensarlo. Decidió sacar el arma sin tener en claro qué haría. No contó con la reacción del policía, que lo sorprendió, y tiró casi automáticamente, sin pensarlo, hacia el cuerpo que se le iba encima (...) De allí a considerar la posibilidad de matar, asumirla, elegirla, desearla y ponerla en acto, hay una larga distancia, que requiere mucho más tiempo (subjetivo y objetivo) que el que los acontecimientos le dieron".

Sobre este escenario, calificaron el hecho como lesiones graves en lugar de tentativa de homicio doblemente calificado como había solicitado el fiscal. Y la pena fue casi la mitad de la solicitada por Vignaroli que ascendía a doce años de prisión. Un argumento del fiscal fue que Díaz le había apuntado al uniformado a la cabeza.

Los jueces además responsabilizaron a Díaz de los delitos de abuso de arma y portación ilegítima de arma de guerra, todo en concurso real. Estas dos últimas imputaciones también las había hecho la fiscalía.

Con respecto al supuesto robo que habría cometido en Cutral Co, los jueces consignaron que es "altamente presumible" que lo haya protagonizado, pero remarcaron que "no hay condena que así lo declare". Aún no fue juzgado por ese robo, que el fiscal no dudó en atribuirle.

Los magistrados rechazaron además otro agravante solicitado por el fiscal, debido a que el herido fue un policía.