LA PAZ (AFP) - Los prefectos (gobernadores) opositores, a quienes el presidente Evo Morales propuso reunirse para buscar una salida a la crisis política y regional boliviana, exigieron garantías para el encuentro, incluyendo la presencia de veedores internacionales.
Las autoridades regionales de Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Beni y Pando, cuyos territorios ocupan el 67,5% del territorio boliviano y producen el 80% del Producto Interno Bruto, han aceptado la invitación presidencial al diálogo, aunque están escépticos sobre los alcances de la cita. El mandatario indígena llamó a dialogar en La Paz con agenda abierta, tras la decisión de estas cinco -de las nueve regiones de Bolivia- de ir a referendos populares para aprobar sus autonomías, una suerte de descentralización que el gobierno ha definido como "secesionismo".
El poderoso prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, afirmó ayer que no se debería ir a un diálogo con el poder Ejecutivo si el presidente Morales no está dispuesto a conceder las autonomías, que estos departamentos consideran un derecho tras un referendo en la materia en julio de 2006. "Deberíamos dejarnos de hipocresías y mentiras. Si el presidente y el MAS (Movimiento Al Socialismo, partido oficialista) están dispuestos a reconocer las autonomías, con todo gusto vamos a ir", afirmó Costas.
Según el funcionario, cabeza visible de la radical oposición política y empresarial al régimen de La Paz, es necesario "acuerdos previos y que haya garantes de ese acuerdo para que esto no sea una vez más un encuentro de sordos".
Según el prefecto de Santa Cruz, esta posición es compartida por sus colegas de derecha y centroderecha Manfred Reyes Villa (Cochabamba), Mario Cossío (Tarija), Ernesto Suárez (Beni) y Leopoldo Fernández (Pando).
Además de reconocerse las autonomías territoriales y llamarse a veedores internacionales que podrían ser los embajadores de la Unión Europea, el prefecto Costas dijo que el gobierno debería ceder en su intención de impulsar su Carta Magna, aprobada en la Asamblea Constituyente, sin consenso con la oposición ni debate.
Costas declaró que el poder Ejecutivo debería afirmar que la nueva Constitución -que en su opinión "es una farsa"- no va a seguir adelante.
En tanto, el oficialismo y la oposición también volvieron a enfrentarse por el respaldo de los países del Mercosur al presidente, pues mientras el Ejecutivo calificó de triunfo diplomático el líder de la oposición tildó de "Mercovergüenza". "Es un apoyo de los países de Sudamérica al proceso democrático que se está dando en Bolivia. Es un apoyo unánime que se le da al país y me parece que es un triunfo en la arena internacional para el país", consideró el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada. La XXXIV reunión del Mercosur emitió una declaración donde los países "declaran su firme sostén al régimen institucional boliviano basado en el respeto de los principios democráticos y rechazan todo intento y acciones violentas que busquen vulnerar la estabilidad del gobierno y de los órganos elegidos por el pueblo de Bolivia", según reza el documento del bloque.