Lunes 17 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 35 > Cultura y Espectaculos
Bajofondo mostró su mapa genético
El grupo liderado por Gustavo Santaolalla presentó "mar dulce". "Estoy feliz de estar en esta parte del mundo, la Patagonia", dijo el músico.

NEUQUÉN (AN).- Fue un show no apto para los tangueros ortodoxos del dos por cuatro. La demostración sonora de las múltiples posibilidades del tango del sigo XXI y, sobre todo, la confirmación del talento, audacia y legitimidad del colectivo Bajofondo, la banda liderada por el músico y productor Gustavo Santaolalla. Quedó claro: estos chicos si que saben romper las fronteras entre el género rioplatense y la música electrónica.

Con esa vibración experimental Bajofondo repasó anoche en el estadio Ruca Che los temas del último disco "Mar dulce", frente a una masa heterogénea de fanáticos. Grandilocuente, como no podía ser de otra manera, el doble ganador de los Oscar Santaolalla (guitarra y voz), Juan Campodónico (programación), Luciano Supervielle (piano y Dj), Javier Casalla (violín), Martín Ferres (bandoneón), Gabriel Casacuberta (contrabajo), Verónica Loza (vj y voz) y Adrián Sosa (batería), hicieron funcionar en vivo una máquina arrasadora que enarbola el mestizaje musical como pocas. Electrónica, house, candombe, tango, el pop, dancefloor, todos los géneros se cruzaron en un "mapa genético del Río de La Plata", como les gusta decir a ellos.

A las 22:30, los argentinos y uruguayos despegaron el viaje con sonidos realmente novedosos, a todo volumen y ensamblados con los efectos de imágenes reales proyectadas sobre una pantalla gigante y el clima que construye la Vj Verónica Loza. Se oyó "El Mareo", la canción que en el disco tuvo como invitado al ícono del rock Gustavo Cerati," Tuve sol" con Loza en voz, "Chiquilines", "Grand Guignol", entre tantos otros.

No faltó la guitarra que entonó la canción "Zitarrosa", endulzada con una grabación del célebre cantor y guitarrista uruguayo. "La milonga es hija del candombe, así como el tango es hijo de la milonga", se oyó en voz de Zitarrosa.

El fraseo de las milongas desfilaron de a poco, se mixturaron con la excelencia sonora del bandoneón y la sutileza de las melodías chill-out, como si los mundos se conectaran a través de la música. Bajofondo los une sin perder identidad. Y el público neuquino agradeció semejante oportunidad.

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