Los gobiernos de Argentina y el Reino Unido se vieron ayer envueltos en una nueva polémica que tiene como eje la disputa por la soberanía de las islas Malvinas.

La Cancillería argentina convocó ayer al embajador británico en Buenos Aires, John Hughes, para entregarle una nota de protesta, a través de la cual Argentina expresó su "rechazo" por la "inclusión de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el sector antártico argentino en el tratado europeo de Lisboa", firmado ayer.

Sin embargo, voceros de la embajada británica informaron que el embajador Hughes "respondió" al vicecanciller Roberto García Moritán "que tomaba debida nota y que trasladaría" el planteo a Londres, pero también dejó en claro "que el tratado sólo refleja que la realidad es la realidad y que las islas son británicas".

En Portugal, fue firmado ayer el Tratado de Lisboa por los líderes de los 27 países que conforman la Unión Europea (UE), y en cuyo anexo dos, denominado "Asociación de los países y territorios de ultramar", el Reino Unido incluyó a las Malvinas y a territorio antártico. "El Gobierno argentino presentó hoy una nota de protesta ante la Embajada del Reino Unido, rechazando enérgicamente tal pretensión" de "incluir a partes del territorio nacional" en "el régimen de 'Asociación de los Países y Territorios de Ultramar' del Tratado de Lisboa", informó el Palacio San Martín en un comunicado.

No obstante, también el ministerio que conduce Jorge Taiana aprovechó para reclamarle al enviado especial de Gran Bretaña a la asunción de Cristina Fernández, Bob Blizzard, que su gobierno cumpla con los reiterados mandatos de las Naciones Unidas para reanudar las negociaciones por la soberanía de las Malvinas. García Moritán, por instrucción de Taiana, manifestó a Blizzard la "necesidad de que el Gobierno británico abandone su renuencia a reanudar negociaciones bilaterales acerca de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes".