El cadáver del represor Héctor Febres, hallado muerto el lunes pasado en la Prefectura Naval de Tigre días antes de la sentencia del juicio que se le seguía por crímenes de lesa humanidad, habría presentado una "importante cantidad de cianuro en la sangre", según determinaron análisis realizados en el marco de la autopsia, revelaron ayer fuentes del caso.

A raíz de este resultado preliminar, la Justicia habría ordenado la detención de dos efectivos de la Prefectura que custodiaban a Febres en su celda, y ahora se abocó a determinar si el represor se suicidó o fue asesinado con esa sustancia, explicaron los voceros.

Sobrevivientes del campo de concentración que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), donde actuó Febres, dijeron que el represor fue "asesinado" y acusaron a la Prefectura y al ex ministro del Interior, Aníbal Fernández.

"En los exámenes toxicológicos al cuerpo de Febres se habrían encontrado restos de una importante cantidad de cianuro", informaron fuentes ligadas a la investigación.

Los investigadores buscan determinar ahora si la muerte de Febres (65) fue suicidio u homicidio, mientras se ratificó el secreto de sumario en la causa que sustancia la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado.

La información del supuesto envenenamiento fue mencionada también por el abogado querellante Rodolfo Yanzón, quien dijo a la prensa que "nos ha llegado por distintos lados (incluso habló de sectores 'estatales') que ya tenían la versión desde hace unas horas y me llamaban para saber si yo lo podía confirmar".

"Si esto se confirma constituye un hecho de inusitada gravedad y una responsabilidad de la Prefectura Naval y de los jueces que dispusieron su alojamiento en ese lugar. Nosotros desde hace un año que venimos pidiendo que los represores deben ser encerrados en cárceles comunes", señaló Yanzón.

Febres era juzgado desde el 18 de octubre por el Tribunal Oral Federal 5 porteño por los secuestros y aplicación de torturas a Carlos Lordkipanidse, Carlos García, Josefa Prada de Olivieri y Alfredo Margari, quienes estuvieron cautivos en el centro clandestino que funcionó en la Esma y sobrevivieron.

Los organismos de derechos humanos creen que Febres tenía conocimiento del destino de los niños nacidos en cautiverio en la Esma, donde era conocido como "Gordo Daniel" y "Selva". El lunes, cerca de las 10:30, Febres no se levantó a desayunar y los guardias lo hallaron muerto. Con los resultados toxicológicos, la jueza habría ordenado ahora la detención de dos prefectos que lo custodiaban, mientras se investiga cómo tuvo acceso al veneno que pudo haberle provocado la muerte.