Viernes 14 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
ESCENARIO: "El peor momento de las relaciones"

BUENOS AIRES (ABA).- Si hasta los más acérrimos opositores al gobierno se sintieron obligados a dispensarle a la flamante presidenta un plazo de gracia sin acosarla, no ocurrió lo mismo con la principal potencia mundial. Apenas 48 horas después de la asunción de Cristina Fernández, el departamento de Justicia de EE.UU., con los datos aportados por el FBI, reveló que el "valijero" Antonini Wilson, con doble ciudadanía (venezolana y norteamericana), transportó en forma ilegal casi 800 mil dólares para la campaña del oficialismo en la Argentina.

Por imperio de esta noticia - calificada de "canallada" y "operación basura" por los principales funcionarios de la nueva administración encabezada por Cristina- las relaciones bilaterales entraron en un cono de sombra.

"Es el peor momento", se señaló a este diario. Para resaltar el malestar, en la Casa Rosada se ufanaron ayer por no haber convocado al embajador Anthony Wayne. El diplomático se desayunó con la filípica en contra del gobierno de George Bush al escuchar por radio y TV a los ministros Aníbal Fernández, Alberto Fernández y Florencio Randazzo.

Desde la Embajada en Buenos Aires, se limitaron a señalar que "no es la primera vez que esto ocurre" y que no deberían verse dañados los "vínculos normales" entre los dos países.

Empero, no supieron contestar si Thomas Shannon, jefe de la diplomacia para América Latina, mantiene en su agenda la visita a la Argentina para enero, ni si está intentando una reunión especial con el canciller Jorge

Taiana, quien a pesar de su cargo mantuvo la boca cerrada frente a la temperatura elevada del problema.

"Se trata de una causa por supuestas violaciones a las leyes estadounidenses por parte de agentes extranjeros. Está acción no tiene absolutamente nada que ver con ninguna política regional, ni con los rehenes en Colombia, el presidente de Venezuela o el Banco del Sur", trató de morigerar ante "Río Negro" Mara Tekach, vocera del embajador Wilson.

Es que los funcionarios argentinos dejaron trascender ayer que "la segunda canallada de estos tipos" se debía: a las críticas lanzadas por Cristina en la Asamblea Legislativa por la aplicación de tor

turas en la lucha contra el terrorismo internacional (al que paralelamente condenó); a los elogios públicos al presidente Hugo Chávez; a la creación del Banco del Sur, y a las "presión" sobre el mandatario colombiano Álvaro Uribe, en contra de la estrategia norteamericana. Una alta fuente confió a "Río Negro" que Kirchner aconsejó la manera en que Cristina debía desglosar sus reproches a Estados Unidos. "No nos quieren independientes. Pretenden que seamos sus empleados", instruyó.

Sin comentarios, respondió Tekach sobre la insistencia de Alberto Fernández para extraditar a Wilson, un tema complejo que se viene manejando discretamente.

No habría que olvidarse, tampoco, que Antonini Wilson pudo abandonar tranquilamente Buenos Aires en agosto y que su caso motivó el despido Claudio Uberti, el hombre comisionado por el ministro Julio De Vido, para hacer de enlace con el régimen bolivariano que ayer ensalzó Cristina.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí