Viernes 14 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 27 > Internacionales
Lula sufre derrota en el Congreso y pierde fondos
No logró los votos para prorrogar el impuesto al cheque. Deberá reformular el presupuesto y rever sus alianzas.

BRASILIA (AFP) - El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sufrió ayer su primera gran derrota en el Senado de Brasil, donde la oposición derrumbó un millonario impuesto a las transacciones financieras que lo obligará a reformular el presupuesto nacional.

El gobierno necesitaba 49 votos (tres quintos del Senado) para extender hasta 2011 el llamado 'impuesto al cheque' que tasa en 0,38% las transacciones financieras y que vence el 31 de diciembre, pero solo logró 45 apoyos. Ese impuesto significa 40.000 millones de reales (23.000 millones de dólares o un 6% del presupuesto anual) destinados a áreas prioritarias, como salud. "Es la primera vez que aquí se decide una votación importante contra el gobierno", conmemoró Sergio Guerra, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que, con el conservador Demócratas, lideró la oposición al proyecto.

Fue "una de las más desastrosas articulaciones políticas desde que el gobierno llegó al poder" en 2003, apuntó la comentarista Lucia Hipólito, recordando que Lula no consiguió los 53 votos de su bancada en el Senado. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, no escondió que habrá consecuencias económicas, y dijo que anunciará medidas la próxima semana para "minimizar" el impacto de la pérdida de ese impuesto y mantener el crecimiento económico.

El ministro se apresuró a tranquilizar a los mercados, aprensivos ante un eventual abandono de la ortodoxia económica. Garantizó que "mantendrá la política de responsabilidad fiscal" y que "no habrá reducción de las metas fiscales", incluido el superávit fiscal primario, el ahorro del gasto destinado a pagar intereses de la deuda, hoy de 3,8% del PIB.

En el ámbito político, una consecuencia sería una oferta de la oposición -que no quiere llegar al poder en 2011 con las finanzas públicas desestructuradas- de abrir una negociación que pueda incluir el impuesto nuevamente a cambio de una amplia y necesaria reforma fiscal.

Aún con esta piedra en el zapato, el gobierno de Lula atraviesa por un momento estelar, tanto desde lo político como lo económico. La popularidad de Lula alcanzó 51% y el PIB del tercer trimestre creció 5,7% llevando el crecimiento anual a 5%.

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