Viernes 14 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 44 y 45 > Deportes
Milan venció al Urawa y peleará con Boca por el reinado mundial
Kaká sacó magia de la galera y Seedorf definió. El domingo se reedita el choque de hace 4 años.

El domingo, cuando el reloj marque las 7:30 de aquí, los televisores y las radios dejarán escapar el partido que todo el mundo esperaba. El Milan cumplió ayer con un trámite, derrotó ajustado al Urawa Red Diamonds japonés, por 1-0, y jugará la final del Mundial de Clubes frente a Boca. El ganador se convertirá en el rey del fútbol actual.

Italianos y argentinos son los clubes más ganadores de copas internacionales. Milan atesora 17 (7 de Europa, 2 Recopa, 5 Supercopa y 3 Intercontinental), igual que el Boca de Miguel Ángel Russo (6 Libertadores, 3 Intercontinental, 3 Recopa, 2 Sudamericana, 1 Supercopa, 1 Master y 1 Copa de Oro). Dentro de algunas horas el que de la vuelta olímpica en el estadio Yokohama será el nuevo monarca.

El Milan no la tuvo sencilla ante el equipo japonés. El triunfo lo halló a 22 minutos del final, después de una gran jugada del brasileño Kaká, su ancho de espada, y una justa definición del holandés Clarence Seedorf, que antes había fallado dos veces.

¿A qué juega este Milan?

No difiere mucho de lo que se ve regularmente en la liga italiana y en la de Campeones. Se trata de un equipo mecanizado, rutinario, cargado de años, dependiente de los soplos de inspiración de Kaká y, todavía, de la jerarquía del veterano Seedorf.

Cierto es que el partido en Yokohama debió haber quedado definido antes y que la diferencia debió ser más amplia, pero a los "rossoneros" les cuesta resolver sus encuentros y siempre están expuestos a un disgusto. Kaká es un gran jugador, pero también tiene mucho marketing.

De todas formas, fue él quien abrió el cerco japonés y Seedorf quien culminó la obra. ¿Qué más? Alberto Gilardino tocó muy pocas veces la pelota y a Filippo Inzaghi, que lo reemplazó, le pasó lo mismo.

El que maneja el medio, caso siempre con criterio, es Andrea Pirlo, mientras que Gennaro Gattuso y Massimo Ambrosini están más para la "destrucción".

Este Milan es peligroso, pero lejos está de ser imbatible.

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