Viernes 14 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 47 > Deportes
Un campeón del sur, bien al sur
El roquense dio la vuelta y ahora descansa en casa. Habló con Río Negro sobre éstos, sus días de gloria.
Sentado en la vereda, en medio de toda su familia. En la casa de siempre, en el barrio que lo vio crecer. Así es Sebastián Salomón. Simple, pero ganador. Como Lanús, su equipo, el último campeón del fútbol argentino.

La vuelta olímpica en La Bombonera aún está a flor de piel. Para esa parte del sur bonaerense fue inolvidable, para Seba también. "Para el partido con Boca fueron mis viejos. Imaginate, un campeonato no se gana todos los días. Por suerte (Ramón) Cabrero me puso un rato. Mi papá lloraba como un pibe..."

- Sos el que lleva más tiempo en Lanús de los que están en el plantel.

- Son seis temporadas sumando las dos etapas como profesional. En esta última estoy desde principios del año pasado, cuando regresé de Paraguay.

- ¿Cabrero te pidió para que vuelvas de Olimpia?

- No él personalmente, porque no lo conocía. Me lo pidió Luis Zubeldía (su ayudante de campo). Yo sabía que Pipo Gorosito no seguía y Lucho insistió para que venga porque Ramón me quería en el equipo.

Zubeldía fue un volante de gran proyección, varias veces citado por José Pekerman a las selecciones juveniles. Desgraciadamente se le frustró la carrera a los 23 años por un serio problema en la rodilla. Hoy es la mano derecha de Cabrero.

- ¿Cuál es la importancia de Zubeldía en este título?

- El aporte de Lucho fue vital. Organiza todos los trabajos de campo, así que nuestro contacto con él es permanente. Está en todo, es uno de los grandes responsables de este título. Además hay una afinidad generacional, tiene recién 27 años. Yo compartí departamento con él cuando estábamos en la inferiores de Lanús.

 

El título, un desahogo

 

- ¿El título tiene más sabor para vos, que pasaste también por épocas no tan felices?

- La verdad que viví todas las etapas. Yo debuté en un momento malo de Lanús. Hubo situaciones en que nadie quería poner la cara cuando tuvimos que jugar la Promoción (ante Huracán de Tres Arroyos, en mayo del 2002). De aquel plantel sólo quedamos Claudio Flores -arquero suplente- y yo. Hoy el presente de Lanús es muy distinto. Los chicos suben a Primera sin presiones, en el club hay más organización. Es otra cosa.

- En la intimidad del plantel ¿cuándo comenzaron a sentir que podían ser campeones?

-Después del partido con Argentinos (0-0, 17ª fecha). A pesar de que jugamos mal y que no lo pudimos ganar, en la concentración tuvimos una

reunión y nos dijimos que este punto iba a servir a final del torneo. Ahí nos comprometimos firmemente a ser campeones. Ahí fue el click. De todas maneras, después, en la semana y para no meternos una presión extra, no se hablaba de campeonato. Pero cada uno en su interior, sabía que no se nos podía escapar.

- ¿Dar la la vuelta ante Boca y en La Bombonera tuvo un gusto especial?

- El gusto especial fue dar la vuelta olímpica. Este es un club chico. El título fue un desahogo para todos. Yo le decía a mi viejo después del partido con Boca, que son pocos los jugadores que llegan a Primera y menos los que les toca salir campeones en el fútbol argentino. Dar la vuelta en La Bombonera fue sólo la frutilla del postre.

- ¿Cuánto duró el festejo?

- Como cinco días. Arrancamos después del partido con Boca y de ahí hasta el viernes (7 de diciembre). Cenas con familiares, amigos... Y todos hinchando por Lanús, hasta los que no lo son.

 

WALTER RODRÍGUEZ

wrodriguez@rionegro.com.ar

 

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