Viernes 14 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 51 > Cultura y Espectaculos
Chango Farías Gómez, música y compromiso
El artista cerrará mañana el ciclo Nuestro canto en Casa de la Cultura de Roca y el domingo estará en Neuquén para presentar su último trabajo discográfico, "Chango sin arreglo".

EDUARDO ROUILLET

¿Qué no ha hecho el Chango, musicalmente hablando? Ciudadano Ilustre y diputado de la Ciudad de Buenos Aires, además, mandato que acaba de concluir el lunes 10. Percusionista, cantor, conductor radial, actor, director coral, arreglador, compositor e intérprete, generó una forma personal y renovadora de mirar la música popular en Argentina.

Mañana, se presentará en el hall de la Casa de la Cultura de General Roca, para darle un gran cierre al ciclo Nuestro canto. Y el domingo, a las 21, estará en el Aula Magna de la Universidad del Comahue, de Neuquén. En ambos lugares presentará su último trabajo discográfico, "Chango sin arreglos", acompañado por Norberto Córdoba en bajo y Juan Pablo Dileone, en flauta, coros y percusión.

Los Huanca-Huá, el Grupo Vocal Argentino, Los amigos de Chango, MPA -Músicos Populares Argentinos- y La Manija, son hitos que se suman a la autoría de temas para cine y teatro e innumerables participaciones arreglando y dirigiendo. Grabó doce discos y participó en incontables registros con Ariel Ramírez, Mercedes Sosa, Jaime Torres, Antonio Tarragó Ros, Manolo Juárez, Lito Vitale, Opus Cuatro, Fito Páez, Liliana Herrero, Raúl Barboza, Luis Salinas, Peteco Carabajal, Vinicius de Moraes y Enrico Raba, entre otros.

"La música es nuestra comunión con cualquier músico. Siempre hay un encuentro y el otro tiene un detalle que permite comulgar con él. Yo, a la música la tomo como un juego, un gran juego. Aunque también se la ve desde otra perspectiva que tiene sus baches. Se ha llegado a decir

que quien no sabe leer ni escribir, no es músico; eso es casi una estupidez. Pero, así ha prosperado culturalmente porque también se piensa que hay una cultura de excelencia y otra popular. Otro dislate... En todo caso, si tengo que inclinarme por una de las dos, lo hago por la cultura popular.", dice Farías Gómez a "Río Negro".

"Tenemos un mandato desde la conquista y dice que culturalmente no existimos. Es más, le hacemos monumentos y le cantamos a personas que han dicho que somos de cuarta. En el dinero -símbolo que sintetiza lo que se puede y no tener- el padre de la patria, José de San Martín, está en el billete de cinco pesos; aquel que habló de los argentinos como de lo peor, Sarmiento, está en el de cincuenta; y al que consideramos un genocida, Roca, está en el de cien... En ese marco cultural, intentamos desarrollar todo. Algunos dicen que mirar para atrás no sirve y yo pienso en términos de memoria. Cada uno de nosotros sabe quién es por la memoria que lo legitima. Y la historia es la única memoria que tiene el pueblo. Si está mal contada, tergiversada, bueno... Así vamos a andar," agrega el músico durante la entrevista.

- La música popular en tres minutos o poco más es capaz de contar otra historia, con síntesis y una posibilidad de comprensión instantánea, que también ayuda a construir la memoria...

-Así es. Esta es una labor de los artistas, normalmente, que algunos llaman trabajadores de la cultura. Denominación que me alegra porque durante cincuenta años que llevo como músico, siempre he respondido que mi profesión es esa, pero me han preguntado -vieja anécdota conocida- ¿de qué trabaja?

Ahora me dicen trabajador de la cultura. Bueno, por lo menos reconocen que algo hago... Por otro lado, reniego de ella porque la cultura la hacemos entre todos... Los artistas sí trabajan con el imaginario popular, lo único que permite ser tales. Nuestra tarea es pertenecer al conjunto de la población, entendiendo que el término pueblo es bien diferente en esta parte del planeta, del que se usa en países que llamamos centrales. Nos han impuesto que ellos son el centro del mundo. Acá el pueblo es el soberano... Nosotros trabajamos con lo que tenemos por aquí, que es muy rico y nos encanta pintarlo lo mejor posible, para compartir con el resto de los humanos."

-Entre los que pintan y no repiten un trazo, Farías Gómez está, siempre variando instrumentos, sonoridades, en los arreglos, el uso de la percusión; cada obra suya es un sorprendente paso adelante.

-Esa es de las tantas responsabilidades de un artista. Una, la investigación. Un músico es prácticamente un antropólogo, porque si no investiga, lo único que hará es repetirse, reiterar lo ya hecho. Una vez me preguntaron por qué me había ido de los Huanca Huá (66). Tuve una discusión profunda con mis queridos amigos; alguno propuso si gusta este arreglo de la chacarera, por qué no hacemos ocho así. Yo dije no, cada chacarera tiene un mensaje, su trama, etcétera, etcétera; no se puede hacer igual a otra, por más que dé resultado. Eso es pensar desde lo económico y el arte no puede pensarse de ese modo. Si lo mirás desde ahí, vas a terminar tirándote de un noveno piso para salir en la prensa. No debe ser, andar haciéndote el vivo para que se crea que pasa algo con vos... Hoy veo que sucede como cosa normal, acompañado por metros de prensa y de espacios en los medios que necesitan que así ocurra para vender. Si un artista entra en esa, tiene que ser demasiado extraordinario para soportar semejante conducta. Si gano plata con esto, lo sigo haciendo, no es labor del artista. Artista es emoción cuando hablamos de patria, es la tristeza de la nación, todo lo que siente este pueblo nuestro. Pensar que un tipo llamado (Armando) Tejada Gómez, en el 58 escribió un poema, musicalizado en la década del 70 por Los Andariegos, que decía "A esta hora, exactamente, hay un niño en la calle..." y relata todo lo que sigue pasando. Los artistas revelamos estas cuestiones por ser parte de la gente, conocemos las preguntas y las respuestas que la política todavía no acierta a comprender.

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