Jueves 13 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 27 > Internacionales
"En mí, la esperanza se agita junto con la angustia"
Dijo llevarse de Argentina "un respaldo muy digno para seguir luchando" por liberar a su hija, rehén de las FARC.
-¿Qué magnitud, qué características tiene el dolor que sobrelleva ante lo que está viviendo?

Yolanda Pulecio, la madre de Ingrid Betancourt, cierra los ojos suavemente. Y también con suavidad inclina la cabeza hacia atrás. El gesto dura segundos, los suficientes para generar en el periodista la impresión de que esa mujer está saturada de la naturaleza de la pregunta. Entonces, siente la necesidad de explicarse.

-¡Está el dolor, la intimidad en que uno conjuga el dolor! Siento un desgarro emocional que no me alcanzan las palabras que manejo para poder manifestarlo. Es angustia, incertidumbre... es miedo a no volver a ver nunca más a mi hija, a que la asesinen, a que me muera yo. Días y días me he preguntado por qué... por qué.

-¿Por qué a mí?

-No, en Colombia todos estamos bajo riesgo. Se trata de un por qué sobre los alcances de la deshumanización... Explicarlo es... no sé...

-"En los hornos crematorios no había metáforas", dijo Paul Celan. Salvando distancias, ¿ante lo que le sucede a su hija, tampoco hay metáforas?

-Creo que es algo así. Tanto sufrimiento lo conduce a uno a pensar que jamás podrá contar todo lo que se siente, ¡y las preguntas que lo asaltan a uno permanentemente!... ¿Qué estará haciendo en este momento? ¿Dónde estará?... preguntas, preguntas.

-¿Qué es la esperanza ?

-Volverla a abrazar. ¡Esa palabra, ese gesto, resume tanto, tanto! En mí, la esperanza se agita junto a la angustia.

-¿Tiene odios?

-No, no. Mi formación no me conduce a descontrolar lo que siempre he pensado... no voy a extremos.

-Pero sería explicable...

-Es posible, pero mi lucha es por la vida, a favor de la vida. Si odiara... no sé...

-¿Se desnaturalizaría?

-Quizá fuese más frágil. Estoy, sí, muy mal con el el gobierno de mi país. Con el presidente Uribe. Es un desalmado, frío.

-¿No cree que él también está bajo presión propia de un jefe de Estado que tiene que manejar con mucho cuidado las decisiones que toma en un caso como el de su hija? Son cuestiones que hacen al poder...

-Pero hacen a vidas de cientos de colombianos que están secuestrados, señor. Yo admito la existencia de obligaciones. Pero lo que le pasa a Uribe es que antepone sus celos personales a miradas más amplias del rol que podría jugar en todo este proceso.

-¿Celos de protagonismo?

-Y... él no podía tolerar que el presidente Chávez fuese el gestor de la liberación de Ingrid. Por eso entorpeció todo. Es muy cínico. ¿No ve usted que no tiene amigos entre los presidentes del continente, que como lo he visto por estos días en Argentina, todos los mandatarios tienen una buena relación personal? Él se lleva bien sólo con Bush... son iguales.

-¿Qué impresión se lleva de Argentina en relación a la causa por la que usted lucha?

-De amplio y muy generoso apoyo de los argentinos y su gobierno. Encantadora chica la presidenta Cristina. Con el canciller Taiana somos amigos desde hace años. Me han prometido hacer todo lo que esté al alcance de ellos para que retorne Ingrid y sus compañeros de secuestro. La gente, el periodismo, todos me han tratado muy bien. Vi muchos rostros afectados por mi dolor, mi angustia. Qué les voy a explicar a ustedes lo que yo siento cuando ustedes también han sufrido violencias extremas... Siempre esta Latinoamérica chorreando sangre, dolor...

-¿Qué sintió cuando vio la foto última de su hija?

-Pensé cosas muy contradictorias... Sufrí al verla tan desmejorada, tan... no es para menos que esté así. Pero por el otro lado, está viva y eso fue para mí un redoblar mi lucha...

 

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com.ar

 

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