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Un banco propio |
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De tomarse en serio la retórica del presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos que, con otros cinco presidentes latinoamericanos, firmó en el Salón Blanco de la Casa Rosada el acta fundacional del Banco del Sur, la iniciativa supondría no sólo "la emancipación financiera" de la región sino también "la liberación política" y el fin de "la dominación cultural". Se trata de una esperanza que sin duda comparten el venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa, Néstor Kirchner y su esposa Cristina y, si bien de forma menos exagerada, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el uruguayo Tabaré Vázquez, lo cual ha de ser motivo de cierta preocupación ya que significa que la institución se guiará por las pautas políticas e ideológicas actualmente en boga. Fue por eso que los gobiernos de Chile y Colombia decidieron no participar de la entidad. Temen que los fondos cuantiosos de los que el Banco del Sur podría disponer se despilfarren en proyectos faraónicos muy costosos -como hubiera sido aquel gasoducto transcontinental imaginado por Chávez- que no benefician a nadie salvo a ciertos dirigentes políticos y aquellos empresarios que suelen disfrutar de los favores del gobierno local. Los impulsores principales de esta institución aún embrionaria fueron Kirchner y Chávez, ambos al parecer convencidos de que el FMI, el Banco Mundial, el BID y, desde luego, la banca privada del mundo desarrollado discriminan contra los países de América Latina, negándose a financiar proyectos destinados a promover la integración y reducir la brecha entre ricos y pobres so pretexto de que a su juicio no son económicamente viables. Sin embargo, sucede que a menudo la resistencia a prestar dinero puede justificarse. Todos los países latinoamericanos son corruptos y, lo mismo que en África y partes de Asia, se han invertido en ellos muchos miles de millones de dólares en proyectos a primera vista promisorios pero que, como se descubriera más tarde, sólo sirvieron para enriquecer todavía más a los integrantes de una minoría inescrupulosa. Por desgracia, no hay motivos para suponer que mucho haya cambiado en este ámbito fundamental. Además del entusiasmo de Kirchner, político que dio prioridad a su lucha por "liberar" la Argentina del yugo del FMI, y de Chávez, la creación del Banco del Sur puede atribuirse a la bonanza que disfrutaron los países de la región merced al ingreso de cantidades enormes de dinero de resultas del aumento de los precios que se pagan en el resto del mundo por commodities como el petróleo, el gas, la soja y el maíz. Entre otras cosas, la irrupción de tanto dinero ha persuadido a muchos políticos de la región de que no les será necesario llevar a cabo aquellas "reformas estructurales" recomendadas por los países avanzados puesto que la experiencia reciente les ha enseñado que sus respectivas economías pueden crecer vigorosamente sin que se hayan visto obligados a cambiar nada. Sin embargo, aunque en las circunstancias actuales es tentador reivindicar las modalidades corporativistas que son tradicionales en América Latina, hablando de la defensa de la soberanía, la emancipación financiera, la liberación cultural y así por el estilo, parece escasa la posibilidad de que lo que podríamos calificar de "modelo latinoamericano" logre progresar mucho en las décadas próximas aun cuando sigan siendo muy altos los precios internacionales de los recursos materiales que constituyen el grueso de las exportaciones de los países de la región. Por lo demás, dicho "modelo" es intrínsecamente inequitativo por estimular la concentración de la riqueza en manos de elites políticas y empresarias. Aunque puede entenderse la frustración que sienten los mandatarios regionales por la insistencia de quienes llevan la voz cantante en los organismos multilaterales en que respeten pautas consideradas apropiadas para los países ya desarrollados, esto no quiere decir que negarse a prestarles atención ayude a que los países subdesarrollados, cuya condición desafortunada tiene mucho que ver con la resistencia de sus dirigentes a aprender de la experiencia de los países que en términos económicos han sido más exitosos, encuentren por fin una fórmula claramente propia que les permita emularlos. |
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| | | | | | | | Para adelantarse hay que verificar que la vía izquierda este libre, indicar con el guiñe la intención de cambiar de carril, adelantar por la izquierda volver al carril de la derecha que es el de circulación. | | | | | | |
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»Contenidos,
microprogramas y archivos multimedia. Una manera distinta
de abordar la realidad. |
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