El veredicto estaba cantada y el Comité Olímpico Internacional le quitó a la estadounidense Marion Jones las cinco medallas que logró en Sydney 2000 después de que en octubre confesara que se dopó antes de los Juegos Olímpicos de Australia.
El nombre de Jones fue borrado de los anales de la historia de los Juegos Olímpicos y fue declarada "persona no grata" para la próxima cita de Pekín 2008.
Jacques Rogge, el presidente del COI, anunció la decisión en Lausana después de cerrar la reunión de tres días del comité ejecutivo.
Jones también fue excluida de los Juegos de Atenas 2004, donde se ubicó quinta en salto en largo.
Rogge recordó que las próximas decisiones acerca del caso Jones fueron aplazadas. La comisión de disciplina quiere estudiar más documentos antes de proponer qué se hace y a quién van a parar las medallas vacantes.
Bach y la comisión quieren esperar a la revelación de nuevos datos sobre el escándalo del caso del laboratorio Balco.
También es incierto si las compañeras de Jones en las pruebas de relevos podrán mantener sus medallas.
