Martes 11 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
Cristina Fernández asumió la presidencia conmuestras de continuidad
Recibió el cargo de su esposo, caso único en la historia. En su mensaje priorizó la decisión de sostener el modelo económico. Más institucionalidad, inclusión e inserción en el mundo, sus ejes.

Cristina Fernández recibió ayer de su marido el cargo de Presidente de la Nación en un caso único en la historia de la democracia, tomó juramento a su equipo de ministros, e inauguró su mandato con definiciones de continuidad y profundización de la gestión de Néstor Kirchner.

No obstante, planteó algunos ejes que parecen marcar una diferenciación de la gestión de su esposo: priorización de las instituciones y la inserción en el mundo, un pacto social que no se reduce a salarios y precios y un modelo de acumulación con inclusión social. Renovó el pedido de celeridad en los juicios de la dictadura, retomó el reclamo por Malvinas y aclaró que el pacto social no se reduce a precios y salarios

A diferencia de anteriores actos por los traspasos del poder en el país, fue muy significativa la ausencia de los ex presidentes. Ni Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernándo De la Rúa o Eduardo Duhalde estuvieron en la ceremonia. Se desconoce si fueron invitados la actual gestión.

En su mensaje ante la Asamblea Legislativa, y tras recibir los atributos de mando de manos de su esposo, la presidenta remarcó la decisión de sostener el modelo económico que define como "de acumulación con matriz diversificada e inclusión social" y marcó límites al pacto social que impulsó durante la campaña electoral.

En ese sentido, Fernández advirtió que no se convertiría ni en "gendarme de la rentabilidad de los empresarios" ni "en parte de una interna sindical o política", en lo que pareció significar un mensaje a Hugo Moyano, el líder de la CGT que ya reclama aumento de sueldos .

La presidenta buscó expresar el pacto social en términos que superen la puja salarial, a partir de "grandes metas" en materia económica y con la atención puesta en la "innovación tecnológica".

De esa manera, Fernández de Kirchner agregó a su mensaje una impronta de evolución frente a los logros de su antecesor.

La ceremonia de asunción fue acompañada por representantes de el mundo, entre ellos jefes de Estado de Latinoamérica como el de Brasil, Luiz Lula da Silva; el de Venezuela, Hugo Chávez; el de Uruguay, Tabaré Vázquez y el de Paraguay, Nicanor Duarte.

Las muestras de continuidad del gobierno de Cristina Fernández también se expresaron a través de los elogios hacia la gestión de Néstor Kirchner, al destacar que logró gobernar "sin déficit fiscal" y encaró una "política de desendeudamiento".

La inflación, una de los aspectos sin resolución del modelo económico, estuvo fuera del discurso. "Sé que falta mucho, que tenemos que profundizar algunas cosas y corregir otras, y sé que lo vamos a hacer", agregó la presidenta al reconocer las asignaturas pendientes.

Poco antes de terminar, agradeció especialmente la presencia de Tabaré Vázquez, en el recinto. Tras un fuerte aplauso, continuó su mensaje con palabras conciliadoras que enseguida combinó con un duro reclamo.

"Quiero decirle con toda la sinceridad que no va a tener de esta presidenta un solo gesto que profundice las dife

rencias que tenemos. Con la misma sinceridad le digo que esta situación no nos es imputable. Hubo violación del Tratado del Río Uruguay. Por ello nos hemos presentado en la Corte de la Haya", destacó entre la conciliación y el refuerzo de la posición argentina en el conflicto por Botnia. (Ver pág 4)

La tranquilidad callejera que acompañó la asunción, con manifestaciones modestas y un festival musical en Plaza de Mayo, también fueron expresiones de previsibilidad y estabilidad frente al cambio de gobierno.

 

Lágrimas y emoción

 

Para Cristina Fernández, la jornada que la llevó a la Casa Rosada como la primera mujer en ser elegida presidenta por el voto popular, comenzó en la Quinta de Olivos y la mostró en repetidas oportunidades con lágrimas en los ojos. Todo el día estuvo acompañada por su marido y sus hijos, Máximo de 30 años y Florencia de 17 años.

De regreso a la Casa Rosada, ya con la banda presidencial sobre su traje de encaje color crema, Fernández de Kirchner tomó juramento a los integrantes de su gabinete, que repite los mismos nombres con la salvedad de Florencio Randazzo en Interior, Martín Losteau en Economía, y Lino Barañao en el nuevo ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

En un momento de distención, Cristina Fernández, Néstor Kirchner y el vicepresidente Julio Cobos, subieron al escenario montado en Plaza de Mayo y compartieron parte del recital con la cantante Mercedes Sosa y el músico Gustavo Santaolalla.

Hoy, con los festejos en el pasado, la presidenta recibirá al director del FMI, Dominique Strauss-Kahn.

(DyN, Télam y AFP)

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí