BUENOS AIRES (DyN).- La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, tomó juramento a los ministros y secretarios de Estado que la acompañarán en su gestión durante un acto donde su esposo, Néstor Kirchner, se ubicó, por primera vez en cuatro años y medio, fuera del estrado principal.
La primer mandataria se mostró muy emocionada y, en el momento en que juraba Alicia Kirchner, su cuñada, no pudo contener las lágrimas. Mientras la flamante jefa del Estado fue la figura principal, Kirchner permaneció sentado al costado junto a sus hijos, Máximo y Florencia, su suegra Ofelia y su cuñada Giselle. Junto a ellos, el vicepresidente Julio Cobos.
El primero en prestar juramento fue el ratificado jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y luego lo hicieron los titulares de Interior, Florencio Randazzo; de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana; de Defensa, Nilda Garré; de Economía, Martín Lousteau; de Planificación, Julio de Vido; de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández; y de Trabajo, Carlos Tomada.
Luego lo hicieron los ministros de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; de Salud, Graciela Ocaña; de Educación, Juan Carlos Tedesco; y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao. Les tocó el turno luego a los secretarios que dependen de la jefa del Estado: Oscar Parrilli en la secretaría
General, Héctor Icazuriaga en Inteligencia (SIDE), Enrique Meyer en Turismo, José Nun en Cultura y José Granero en Lucha contra el Narcotráfico.
Hubo en el acto algunos gestos que no pasaron desapercibidos y tuvieron lectura política como la frialdad de la presidenta cuando le tomó juramento a Julio de Vido y el hecho de que este ministro no estrechara la mano al jefe de Gabinete como es de rigor.
Igual falta de cordialidad se notó cuando el nuevo titular de Economía eludió saludar a su colega de Planificación. Por el contrario, De Vido fue efusivamente felicitado por los gobernadores provinciales, en tanto hubo una muestra de estrecha camaradería entre
Kirchner y el ratificado titular de la SIDE, quienes chocaron las palmas antes que éste subiera para prestar juramento.
Entre el público del Salón Blanco se destacaron el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, el juez Baltasar Garzón, Estela de Carlotto de Abuelas de Plaza de Mayo, los actores China Zorrilla y Pepe Soriano, gran cantidad de gobernadores e intendentes.
" Calidad Educativa. Juan Carlos Tedesco, el nuevo ministro de Educación, aseguró que su primera línea de acción "será mejorar la calidad educativa especialmente en la escuela secundaria", que, según la nueva ley de Educación, tendrá el carácter de obligatoria. También pondrá el acento en "revertir los problemas que generan la desi
gualdad educativa ya que los resultados del último operativo de evaluación marcan que el aprendizaje esta asociado a la cuestión socioeconómica de los alumnos". Aseguró que la inversión que realiza el país en educación es muy importante pero que los resultados "no se van a ver de un día para el otro".
El ratificado jefe de Gabinete, Alberto Fernández, calificó a Néstor Kirchner como "un estadista en palabras mayores" y a la flamante primer mandataria, Cristina Fernández, como una mujer "fascinante y con una inteligencia singular". Con referencia a la gestión que se inicia, Fernández envió un mensaje al jefe de gobierno porteño: "aprendimos que tenemos que trabajar entre todos, lo mismo vamos a hacer con Macri", dijo.
" Con el FMI. Martín Lousteau, el nuevo ministro de Economía y Producción, y ya tiene en agenda almorzar hoy con el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Khan, junto con el titular del Banco Central, Martín Redrado. "Gracias, Cristina. Gracias por la confianza", fueron las palabras que Lousteau le dijo a la mandataria al darle un breve abrazo. Durante el almuerzo de hoy, en el que el titular del FMI estará acompañada por el director del Departamento Hemisferio Occidental del ente, Annop Singh, dialogarán sobre la negociación de la deuda Argentina con el Club de París. Argentina ya explicitó su "voluntad" de alcanzar un acuerdo con el organismo, pero pone como condición que las negociaciones no estén supeditadas a la firma previa de un acuerdo con el FMI.
