ROCA (AR).- El dueño de una ferretería se encontraba internado anoche en grave estado, luego que fuera baleado por dos delincuentes que entraron a su local con fines de robo. Mientras el herido era trasladado al hospital local por un vecino y un empleado, los delincuentes emprendieron la fuga a la carrera, y en el trayecto encañonaron sin éxito a un automovilista para que le entregara el auto. Finalmente ambos fueron detenidos, aunque podría haber terminado todo en una tragedia mayor, ya que hubo disparos en el paseo del canalito a plena tarde, un lugar que por estos días es visitado por muchas personas que eligen ese lugar para hacer ejercicios o pasar la tarde.
A los delincuentes se les secuestró una pistola nueve milímetros que uno de ellos gatilló frente a un policía, pero la bala no salió al trabarse el mecanismo. También se encontró un bolso negro que habían arrojado al patio interno de un departamento. Era un calibre 36 recortado, que tenía un cartucho percutado, pero que tampoco había salido. Ambos sujetos permanecían detenidos anoche en la comisaría Tercera.
El hecho se produjo ayer a las 17.45 en la ferretería ubicado en la cuadra de Maipú al 900. Allí ingresaron los dos delincuentes armados, uno de ellos vistiendo un mameluco. Hasta ayer no se había podido establecer qué fue lo que exactamente pasó en la ferretería, aunque no se descartaba que la víctima hubiera ofrecido cierta resistencia.
Lo cierto es que el propietario, Eduardo Bartolomé y de unos 60 años según se informó, recibió un disparo calibre 9 milímetros en el estómago. Mientras los ladrones escapaban, fue llevado al hospital en un auto particular.
Ayer a última hora de la tarde estaba siendo intervenido quirúrgicamente, ya que su estado era delicado. Se esperaba tomarle declaración al empleado, para que confirme, entre otros detalles, si los ladrones habían alcanzado a robar algo del lugar.
Los delincuentes comenzaron a correr en dirección al centro de la ciudad. A los pocos metros había un policía haciendo un servicio adicional, que se percató de lo sucedido e inició la persecución junto a un vecino en el auto de éste. Mientras, por el handy alertaba a la comisaría, por lo que varios patrulleros se sumaron al procedimiento.
Uno de los delincuentes fue detenido en la esquina de 25 de Mayo y avenida Roca, por un uniformado que custodiaba el edificio de Tribunales.
Aparentemente, este hombre fue el que arrojó a un patio interno, el bolso con el pistolón recortado y varios alambres preparados como para atar a una o más personas.
Su cómplice escapó por el canalito hacia el oeste. Frente al Cemyn, se deshizo de un mameluco que luego fue secuestrado. Ante la proximidad del policía que hacía adicionales cerca de la ferretería, no dudó en sacar una pistola nueve milímetros, y dispararle al uniformado. "Sentí el ruido seco cuando se le trabó el mecanismo", dijo ayer el oficial en el procedimiento.
El delincuente tiró la pistola al canalito, y a unos 70 metros fue reducido y detenido. En el tramo final de la persecución, los uniformados hicieron disparos al aire, lo que generó pánico entre quienes paseaban por el lugar. Incluso, una pareja se tiró contra una pared al escuchar los tiros y no saber qué pasaba.
Los datos que manejaban ayer los investigadores es que uno de los detenidos sería oriundo de Allen y el otro de Neuquén; y que tendrían alrededor de 25 y 41 años.
La víctima había vivido un intento de robo el viernes pasado. Cuando dejaba el lugar tras cerrar el comercio, vio a dos jóvenes sospechosos en una moto. Luego uno de ellos se le acercó y cuando estaba a pocos metros, se le cayó un arma al suelo.
En ese momento, la víctima reaccionó dándole un fuerte golpe de puño al sospechoso, que lo hizo caer junto con su cómplice.
En aquella oportunidad, ambos jóvenes subieron a la moto y se fueron sin poder concretar nada.
Los investigadores trataban de determinar si existía una relación entre ambos hechos. En principio se confirmó que no coinciden las características físicas de los desconocidos, aunque esto no descarta que efectivamente se tenga relación.
