NEUQUÉN (AN).- La Justicia condenó a cuatro años de prisión a un policía retirado de 73 años que abusó de su vecina de 13, a quien dejó embarazada.
El caso salió a la luz cuando "Río Negro" informó en octubre, que el acusado cumple prisión domiciliaria y que vive al lado de su víctima. Ayer no fue posible establecer si ahora, aunque la condena no está firme, será trasladado a una cárcel común.
Según trascendió, el delito por el cual se aplicó la condena es el contemplado en el artículo 119, primer párrafo, del Código Penal, que establece seis meses a cuatro años de cárcel para el abusador de una persona "cuando ésta fuera menor de 13 años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción".
El juicio se realizó en la Cámara Criminal Segunda que dictó sentencia el viernes, aunque por las características del delito y por haber una menor de edad involucrada, sólo trascendió el monto de la pena aplicada al acusado.
La investigación de este caso comenzó cuando la maestra de la niña comenzó a sospechar que su alumna estaba embarazada, algo que su madre no había percibido. Los exámenes médicos corroboraron la presunción de la docente.
Se inició entonces una investigación para tratar de encontrar al responsable, y las sospechas apuntaron al vecino policía que pasaba muchas horas con la pequeña. Cuando en diciembre del año pasado nació el bebé, le hicieron un examen de ADN y se confirmó que el hombre había sido el autor del abuso sexual. Los hechos ocurrieron en el barrio Belgrano.
En cuanto al autor, que según algunas versiones sería comisario retirado, permaneció un tiempo detenido en la sede de Bomberos a la espera del juicio oral, pero a mitad de este año obtuvo permiso para cumplir prisión domiciliaria amparado en razones de salud.
Las quejas de la familia de la víctima y de la fiscalía no encontraron eco en la Cámara, que mantuvo esa situación pese a que significaba que el presunto autor y su víctima vivían medianera de por medio. El hombre se comprometió ante los jueces a no salir de su casa y garantizó que no tendría contacto con la niña, pero los familiares de la víctima aseguran que tiene otras propiedades donde se podría ir a vivir para evitar la cercanía.