BUENOS AIRES.- Con intensa actividad, la presindeta Cristina Fernández de Kirchner, inició su primer día de gobierno. La agenda estuvo condicionada por las visitas internacionales por lo que se reunió con los presidentes Alvaro Uribe y Hugo Chávez. Por la tarde encabezó el encuentro, junto al ministro de Economía Martín Lousteau, ante la principal figura del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
Argentina debe renegociar su deuda en mora con los países acreedores del Club de París, y esto al margen del FMI, consideró su director general, Dominique Strauss-Kahn, al reunirse con la presidenta. "La mejor solución es proseguir un proceso que no involucre al Fondo Monetario Internacional (FMI)", dijo el titular del organismo internacional y afirmó que puede "ser un intermediario entre la Argentina y el Club de París", aunque aclaró que no es "un actor en este problema". Asimismo, Strauss Kahn se mostró dispuesto a que, "siguiendo sus propias reglas", el Fondo Monetario "va a ayudar en la medida de lo posible a encontrar la mejor solución para la Argentina y los acreedores". Así el funcionario ratificó hoy su decisión de "construir una nueva relación" entre el organismo multilateral y la Argentina. "Sea lo que pensare el Fondo sobre Argentina (en el pasado), el Fondo va a intentar crear una nueva relación con Argentina", dijo esta tarde a la prensa. En su primer día como presidenta, Cristina Fernández se encontró por separado el martes con los mandatarios de Colombia y Venezuela, Alvaro Uribe y Hugo Chávez. Uribe y Chávez están enfrentados por negociaciones para que las guerrilleras FARC liberen a medio centenar de rehenes entre los que está la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, a cuya madre también recibió la nueva jefa de estado argentina. Fernández dedicó su primera jornada a entrevistas con dignatarios y funcionarios extranjeros que asistieron el lunes a la ceremonia de su juramento ante el Congreso.
El primero en ingresar a su despacho fue el príncipe Felipe de Asturias, hijo del Rey Juan Carlos de España, representante de su país a la ceremonia inaugural. Luego recibió al presidente colombiano Uribe, centro de particular atención por los insistentes reclamos de Francia y otros países latinoamericanos para que acepte una negociación que conduzca a la liberación de Betancourt y otros rehenes en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
"Ha sido una entrevista muy constructiva, muy sincera... si bien hay que preocuparse por la liberación de los secuestrados también hay que preocuparse por la ciudadanía colombiana", declaró Uribe a la prensa.
El presidente colombiano fue duramente criticado en las últimas horas por su colega venezolano Hugo Chávez, a quien separó de su función negociadora con las FARC, y por Yolanda Pulecio, la madre de Betancourt, quien lo acusó de haber hecho fracasar deliberadamente las negociaciones que conducía Chávez.
La presidenta se entrevistó luego con Chávez, en un encuentro que se prolongó más de lo previsto. Estaban presentes el canciller argentino Jorge Taiana, el venezolano Nicolás Maduro, los embajadores Alicia Castro y Arévalo Méndez Romero y el ministro argentino de planificación federal, Julio De Vido.
Chávez dijo que la reunión se concentró en temas bilaterales y para nada en el tema de los rehenes colombianos.
"Ese tema (el secuestro) no es un tema importante para mi ahora. Vine a visitar a una presidenta que está comenzando y que hay que fortalecer", declaró.
Fernández, que en su mensaje inaugural y en declaraciones previas había pedido la libertad de la ex candidata colombiana, recibió después a la madre de Betancourt, invitada por el gobierno argentino a la ceremonia de transmisión del mando.
La mandataria argentina se reunió posteriormente con la gobernadora general de Canadá, Michaelle Jean.
Cristina Fernández fue recibida con honores militares cuando ingresó el martes por la mañana a la Casa de Gobierno, seguida por su edecán castrense femenina, una teniente coronel del ejército.
La nueva mandataria, la primera mujer electa como presidenta argentina, pidió a los servicios armados que sus edecanes sean mujeres. Luciendo los entorchados de rigor, la teniente coronel María Isabel Pansa la acompañó hasta el despacho que ocupó desde 2003 el ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la flamante mandataria. La presidenta llegó en helicóptero desde su residencia suburbana de Olivos.
Fuente: AP, DyN y Télam.