Jueves 06 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 35 > Sociedad
"Por llevar a un herido me encerraron tres días y casi me matan"

NEUQUÉN (AN).- "Yo paré por una razón humanitaria, porque había una persona herida y sangrando y la llevé al hospital, como se debe hacer con cualquier persona: lo dejé en el hospital y cuando fui a estacionar me paró la Policía y a las dos horas me estaba pegando toda la comisaría".

Javier Aguiar, de 32 años, es un pintor chapista y activo militante del Movimiento Popular Neuquino que asegura que el sábado trabajaba en el blanqueo de paredones que fueron pintados durante la campaña electoral.

Dijo que alrededor de las 11 se encontró en una esquina con un muchacho y dos chicas y que el joven sangraba por algunas de las muchas heridas que tenía en la parte posterior de las piernas. Había participado del enfrentamiento entre vecinos y policías en el barrio San Lorenzo ese día por la mañana.

Una vecina de Aguiar, Carina Quesada, dijo que ese día la Policía disparó contra su casa cuando ella dormía y que una agente rompió los vidrios de su auto. "Yo dormía con mi hija y mi sobrina cuando me despierto y está todo lleno de policías disparando. No se entiende qué hicieron. Mi casa quedó llena de cartuchos", afirmó Carina.

"Yo andaba en mi Jeep haciendo mi trabajo, que una changa que agarré, cuando me encuentro con él. Al pibe lo conozco de vista y nada más; estaba herido y no dudé en llevarlo al hospital (Horacio) Heller. Andaba con dos chicas y los llevé a los tres, bajé en la guardia, me aseguré que lo atendieran y volví a mi Jeep, que había quedado mal estacionado. Ahí me encontré con la Policía, les expliqué lo que había hecho y ni idea tenía de lo que había pasado. Me dicen que me van a demorar por averiguación de antecedentes y me piden que vaya en mi Jeep hasta la comisaría 16. Hasta ahí todo bien, pero empezó mi calvario", dijo Aguiar.

"Yo creía que hablaba con el oficial y chau, pero no, me mandaron a un patio chiquito que tienen en la 16 y me empezaron a pegar, eran siete u ocho los que me daban, me pegaron en la cabeza, en los testículos, en todo el cuerpo. Me desmayé y cuando me desperté me siguieron pegando: me decían que me iban a matar y me preguntaban si me gustaba tirarle piedras a la Policía", explicó.

Según Aguiar el drama continuó en el área de Judiciales, aledaño a la comisaría Primera. "Me pegaron, me rompieron en pantalón y me decían que me iban a romper el culo. El domingo me siguieron pegando y me dejaron hasta ese día encerrado, sin comer y sin tomar nada".

"Tengo testigos de todo lo que digo. Hoy puedo hablar y hablo para que no me maten, yo creía que estas cosas no pasaban. Estoy sin auto, sin plata y sin documentos, tengo miedo de ir a la Policía. Ahí tienen mis cosas", aseguró.

Aguiar y Quesada denunciaron a la Policía ayer y piden que alguien les garantice seguridad: "¿En quién podemos confiar? ¿Quién puede para esta locura?", preguntaron y mostraron las huellas de los ataques; ella, los balazos de goma y los golpes y él, los machucones.

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