Jueves 06 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 30 > Sociedad
Un antiguo docente le dará su nombre a la Escuela 260 de Roca
En un acto que se hará hoy, el establecimiento educativo pasará a llamarse Ítalo Laría.

ROCA (AR).- La suya es una vida entera dedicada a enseñar. A chicos, a grandes, de zonas rurales, urbanas y también a personas privadas de su libertad. A otros maestros. Por eso hoy tendrá un merecido reconocimiento. Un verdadero homenaje que le rinde la comunidad educativa regional a un maestro que supo hacer escuela.

Ítalo Laría, un antiguo docente de algo más de "80 y pico", nacido en Viedma al igual que sus cuatro hermanos, aceptó con orgullo y agradecimiento "prestar" su nombre a la Escuela primaria 260 de esta ciudad.

El homenaje, que será hoy a las 20 en el establecimiento, llega fundamentalmente por su estrecha relación con la Escuela Normal Mixta y su Departamento de Aplicación, donde desarrolló vastos años de labor. El ofrecimiento "me sorprendió y lo agradezco, por allí pasaron hasta mis dos nietos, pero no dejo de pensar en otros maestros que también lo merecen", dice.

El ex docente y jefe de Corrección durante más de 20 años del diario "Río Negro" hizo su paso por numerosas escuelas, desde su graduación en la Escuela Normal Mixta de Viedma "Eliseo Schieroni", en 1936.

La Escuela 127 de Colonia San Juan, próxima a Conesa, fue la primera que le dio la oportunidad de comenzar a desarrollar su capacidad al frente de las aulas. Fue allá por los años '38 al '40. "Esta escuela me permitió iniciarme en el aprendizaje, empezar con niños de zona rural; recuerdo que iba a caballo a la escuela", cuenta Laría, sumamente memorioso, desde el rincón preferido de su casa, una valiosa y heterogénea bi

blioteca poblada de libros que albergan desde la historia mundial hasta la regional y local. Luego fue trasladado a la Escuela 102 de Fernández Oro, donde permaneció poco tiempo. De ahí no tardó en llegar como docente a la Escuela 42 "Manuel Belgrano" de Roca.

Desde el año 1942 a 1961 Laría dedicó 19 años de su profesión y vocación a los estudiantes de la Escuela 168. "Son increíbles los recuerdos que tengo de toda esa época. Tengo ex alumnos que todavía me llaman el Día del Maestro", dice. Allí estuvo a cargo de la vicedirección hasta que participó de un llamado a concurso, que por aquel entonces sólo se tomaba en Viedma, y posteriormente asumió como director de la Escuela 169.

"Trabajé ahí de diciembre del '61 hasta marzo del '62, porque entonces apareció el Departamento de Aplicación de la Escuela Normal Mixta 1, donde los docentes reali

zaban las prácticas". "Allí José Manuel García -explica- me dijo que necesitaría una persona que tuviera vasta experiencia y acepté".

Llegado 1970, el docente se jubiló. "Al desaparecer los departamentos de aplicación, la Escuela Normal se convierte en el CEM 1 y en lugar del Departamento de Aplicación aparece la Escuela 260 'Maestros Rionegrinos' -rememora-. Fue una experiencia especial para mí, que recuerdo mucho, y fue la culminación de mi carrera docente. Siempre rodeado de buenos compañeros a quienes también siempre recuerdo".

Laría también dio clases a internos de la Colonia Penal Miguel Rocha, donde se desempeñó como jefe de la Sección Educación desde 1950 hasta 1970 y llegó a obtener el grado de subalcaide dentro de la institución.

Su rol por aquellos años, sin embargo, no estuvo abocado únicamente a la labor docente ya que también participó de distintas organizaciones y entidades gremiales. Integró el Centro de Magisterio Sarmiento, la Federación de Docentes Rionegrinos y colaboró activamente junto a su mujer, también docente, de la Asociación Taller Protegido (Astapro), entre otras.

Tras su jubilación, fue también tiempo de escritura, agrega. "Hice colaboraciones espontáneas en el diario 'Río Negro'; escribía comentarios municipales y ocasionalmente deportivos y terminé siendo jefe de la sección Corrección", concluye.

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