Todas enfundados en indumentarias color celeste o rojo (o ambos), 25 mil hinchas de Arsenal le dieron color a una plácida noche en el Cilindro de Avellaneda, que se coronó con una esperada vuelta olímpica.

A nadie pareció interesarle que el reglamento de la Conmebol le impidiese al equipo argentino jugar en su estadio de Sarandí. Ya desde bien temprano se

notó que el aliento iba a ser "más fuerte que nunca".

Los hinchas de Arsenal llegaron por la avenida Mitre y se instalaron en la cabecera que suele ocupar la denominada "Guardia Imperial". Y no estuvieron solos, porque recibieron el apoyo de hinchas de Independiente y el mismo Racing.

Precavidos. Para evitar incidentes similares a los del cotejo de ida, los dirigentes de Arsenal mandaron a los escasos simpatizantes mexicanos a una platea alta de la cancha de Racing. Así el centenar de simpatizantes de las 'Águilas' se ubicó en un sector alto y no ocupó la cabecera que habitualmente suelen tener a disposición los visitantes. Es más, la tribuna que da espaldas a la avenida Mitre estuvo vacía y fue decorada con cintas de color celeste, rojo y blanca

Diego siempre está. Unos minutos antes del pitazo inicial del colombiano Oscar Ruiz, Diego Maradona entró al estadio y se quedó con todas las miradas. "Vine porque se trata de un equipo argentino que está jugando una final. Además, se lo había prometido a (Gustavo) Alfaro", confesó el 10.