Viro Viro es el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra. Tiene algo de "Los perros de la guerra", aquella primera novela del talentoso Frederic Forsyth. Estepa verde, un verde bellísimo. La humedad que generan 43 grados levantándose del suelo y desfigurando la línea del horizonte. Uniformados de tez oscura y físicos que hablan de genéticas marcadas por carencias. Panzudos de traje, inmóviles. Uno por aquí, otro por allá. Miran todo con ojos escamoteados por inmensos lentes oscuros.
-¡Serviles! Iguales en todas partes... tanto con Trujillo como con la democracia -reflexiona un periodista argentino instalado desde hace ya muchos años en Bolivia.
Y extranjeros, fundamentalmente europeos y americanos, que bajan de aviones de línea y particulares. En la Media Luna mandan los negocios. Santos y non sanctos, pero negocios.
Y un cubano que espera un vuelo rumbo a La Paz. Es médico. Forma parte de la Brigada Médica Cubana enviada por Fidel a comienzos del 2006. Está conformada por 2.205 profesionales, de los cuales 1.553 son médicos y el resto paramédicos, técnicos de laboratorio y enfermeros. Distribuidos a lo largo y ancho del país, en 21 meses de trabajo atendieron más de 8 millones de consultas, realizaron 11.311 intervenciones quirúrgicas y asistieron 6.543 partos.
Un comunicado de la Embajada de Cuba dice que todos los gastos "de nuestra colaboración médica, incluidas las medicinas que se distribuyen de forma gratuita a los pacientes, son sufragados por el gobierno cubano y no existe la menor afectación al Tesoro General de la República de Bolivia".
-¿Cubano? -pregunta "Río Negro" sabiendo que sí, que es cubano, pero de alguna forma hay que intentar el diálogo...
-Sí, sí... ¿y usted? ¿Argentino?
-Sí, sí. ¿Qué piensa de Bolivia, del momento que vive?
-Bolivia es un país muy lindo, buena gente. No soy político, soy médico. ¿Cómo anda el gordito Maradona? Bien, ¿no? -responde y se va rumbo a su avión, desplazando su inmenso físico negro con la plasticidad de un americano de la NBA. (Enviado especial)