Lunes 03 de Diciembre de 2007 Edicion impresa pag. 36 > Cultura y Espectaculos
Los Nocheros, en un recital muy cercano

NEUQUÉN (AN).- ¿Qué tienen Álvaro, Rubén, Kike y Mario que hacen que las mujeres se mueran de amor cuando los tienen enfrente, incluso hasta llegar al desenfado de gritar desde las plateas "papucho"? Ellos no encuadran en el estereotipo del carilindo galán argentino, quizás el más pequeñín del grupo sí, pero ni tanto. No se contonean como Chayanne ni Ricky Martin, tampoco cargan proezas a lo James Bond.

Tal vez la respuesta este en otro lado. La noche del sábado, Los Nocheros cantaron en el Ruca Che develaron ése y otros misterios. Cuando los cuatro salteños plantan su estampa sobre el escenario, una fiesta se produce instantáneamente. Cuarteto de voces que se complementan como si hubieran sido engendradas en el mismo vientre; calidez en timbres, vibratos y cuerpos que vienen acompañados perfectamente por letras de zambas, chacareras y cuecas. Y a esto se suma que son buenos tipos y eso se nota arriba y debajo de las tablas.

Los Nocheros llegaron a Neuquén para presentar su nuevo disco "Gen", que alrededor de cuatro mil personas pudieron disfrutar en una noche a la que no le faltó nada. El recital que brindaron fue como un asado de amigos en los que nunca falta el fanático de la guitarra que luego de la costilla, el vacío y el buen vino tinto, desenfunda ansioso para compartir una más de las tradiciones argentinas, y los amigos piden silencio en ese quincho.

Así estuvieron Los Nocheros cómodos en el escenario e interactuando continuamente con un público que de elegante sport, se instaló a mejor gusto en las butacas para poder disfrutar y aplaudir sin esfuerzo.

Álvaro, Mario, Kike y Rubén cantaron algunas canciones de "Gen", que para ellos es el retorno a sus orígenes, a aquellas canciones con las que aprendieron a cantar de la mano de Los Tucu Tucu o Los Fronterizos y que hoy sienten más suyas que nunca. Transitaron así, joyitas como "Anillo de humo" y "Piedra y camino", para luego dar paso a aquellas viejas melodías que Los Nocheros impusieron como sello propio. Entre los gritos enamorados de las jóvenes y el coro de las no tanto, pasaron entre otras, "Noche amiga mía". Y hasta se permitieron momentos que solo se producen de entrecasa y en alpargatas. "Escucho que me dicen suegro. Algunas voces suenan jóvenes y esta bien, pero otras suenan ya pasitas en años, más para mi que para mi hijo", bromeó Mario, cuando desde la platea le reclamaban que "entregue a Álvaro", el niño mimado de Los Nocheros y su más joven integrante.

La fiesta siguió. De un lado y de otro se sucedieron viejos y nuevos temas, en todos por igual el público hizo estallar sus palmas para el tan consabido ritual de las chacareras y las meneó para las poesías románticas.

Minutos antes de salir a escena, el cuarteto se permitió brindar una desestructurada y cálida conferencia de prensa. En sus camarines, mientras calentaban voces y acomodaban micrófonos y auriculares, se ofrecieron a las preguntas. "Río Negro" dialogó con Kike para tratar de desentrañar el misterio de ese "gen" nochero. Entre otras cosas, Teruel confirmó que "el disco se llama Gen precisamente porque volvimos a esas canciones con las que aprendimos a cantar". También coincidió en que después del disco "Noche amiga mía", en el que se inclinaron más hacia la balada romántica solo matizada por aires folklóricos, ahora "estaba la necesidad de volver a los orígenes". Como todo artista, incursionaron, probaron, se dieron el gusto de todo y regresaron a lo que más aman. "Gen era una necesidad de volver a los orígenes, pero cada disco fue una necesidad también. Ahora es cierto, depuramos todo y volvimos al folclore", contó Kike.

Pero hay una novedad más. En los próximos meses Los Nocheros se darán otro gran gusto: grabarán junto al grupo de folclore braliseño Edson & Hudson canciones en castellano y portugués que formarán parte de su próximo disco. "Ellos son lo más grande del folclore en Brasil y para nosotros es un honor cantar con ellos",.

Y de nuevo en el escenario y en la platea. Cuando ya el domingo gastaba sus primeros minutos, el cuarteto llegaba a su fin, bien arriba. El show finalizaba, los "bises" fueron el corolario y dijeron hasta siempre y las luces se apagaron. Todos se fueron con el alma llena y con la interna convicción: "que bueno que el folclore tenga tipos como Los Nocheros".

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