HORACIO CARIDE
BUENOS AIRES (ABA).- Los simpáticos Tom y Jerry fueron y son personajes animados queridos y entrañables de infantes y adolescentes perpetuos. El gato siempre corre al ratón con penosa suerte, aunque de alguna manera queda latente que la pelea nunca va a fondo. Habrá que ver, dejando de lado forzadas comparaciones, si las diferencias dentro del PJ, se tratan de un juego de posicionamientos o la discusión gira sobre modelos de país disímiles.
Presidente por pocos días más, Néstor Kirchner, ya mostró las pezuñas, al afirmar que se dedicará de lleno a la reorganización del Partido Justicialista actualmente mimetizado bajo la sigla Frente para la Victoria.
Razones no le faltan para haber dado este giro en la estrategia, ya que si bien la victoria de Cristina en las elecciones no estuvo en peligro, se demostró en varios distritos clave que bajo el paraguas de la llamada transversalidad y la alianza con radicales K, la gobernabilidad no estaría garantizada, ante las primeras complicaciones serias.
En este sentido, ya instruyó a dos de sus laderos, Carlos Kunkel y Dante Gullo, para que oficien de primeras lanzas en la difícil tarea de reordenar la tropa y juntar heridos. Al mismo tiempo le cerró el camino de autonomía al electo gobernador bonaerense , Daniel Scioli, que pretendía también presidir el PJ bonaerense haciendo gala de haber sacado más votos que Cristina en ese distrito, que da la llave de oro para cualquier victoria a nivel nacional. La bendición recayó en su vice , el matancero Alberto Balestrini, un viejo lobo del peronismo, que no era del paladar del ex motonauta.
Kirchner ya tiene oficinas en Puerto Madero para atender reclamos y contener a dirigentes, que seguramente no tendrán entrada fácil en la Rosada a partir de la asunción de Cristina. La Presidenta estará, en los primeros seis meses, abocada a una apretada agenda internacional, y no quiere ruidos de bombos ni agitar viejos simbolismos. El partido, estará en todo caso, para contener ante los primeros costos políticos y dar pelea frente a los opositores.
En tanto, hay un peronismo disidente que está en pleno proceso de readaptación a la nueva etapa K por venir. Un post duhaldismo , encabezado por el empresario Francisco De Narváez que quiere transformarse en primera minoría en la Cámara de Diputados, haciendo una alianza de interbloques con sectores como los que representan los hermanos puntanos Rodríguez Saá y resabios del menemismo.
Eduardo Duhalde pasa los días estudiando cómo seguir teniendo injerencia en la política local sin que su presencia se mida como inoportuna.
Recibe en sus oficinas a muchísimos intendentes que piden anonimato para no ser aleccionados por el inflexible carácter K.
Piensa lanzar en marzo un grupo de reflexión sobre los temas que considera claves para una argentina productivista y social, como le gusta definir.
Admira el modelo brasileño, charla con Lula habitualmente, está terminado su segundo libro sobre la crisis del 2001 y ahora dice que el manejo partidario no le interesa."Total los muchachos se acomodan solos" se le escucha decir con tenaz autocontrol. En plena campaña había señalado lo contrario.
Scioli es para este sector peronista, hoy por hoy fragmentado y buscando una brújula como el resto de la oposición , una esperanza de equilibrio ante el poder central.
Felipe Sola supo lo ingrato que es intentar gobernar la provincia más habitada del territorio nacional, para luego terminar en una banca, sin premios y bastante magullado.
El tiempo dirá, cuanto dura la convivencia pacifica entre futuros competidores o hasta donde llega el juego del gato y el ratón.
