ROCA (AR).- Un nuevo escenario de conflicto se abre paso en la Salud privada en Río Negro a partir de las medidas de fuerza que amenaza con llevar a la práctica el gremio de los trabajadores de la sanidad (ATSA) si antes del próximo martes no se cancelan las deudas salariales que mantienen diversas instituciones.

La advertencia incluye un paro total de actividades por 72 horas, que se concretaría a partir del próximo miércoles, y traería no sólo malestar en este ámbito de la salud sino múltiples trastornos para los pacientes que deberán ser "evacuados" hacia los hospitales públicos, opinó ayer sumamente preocupado el titular de la Federación de Clínicas de Río Negro (Feclir), Roberto Bernardini. "Va a ser un caos, si no pagamos antes del martes los sueldos que algunas clínicas aún adeudan de octubre", sentenció.

Pero además del reclamo salarial, los trabajadores se pusieron firmes también en la exigencia por percibir con el sueldo de diciembre también el aumento salarial acordado a nivel nacional que ronda un 20 por ciento.

Ayer los titulares de las entidades privadas mantuvieron un encuentro con las autoridades del gremio ATSA, comandado por Esteban Romero, donde estos pusieron de manifiesto una postura tajante: "queremos cobrar los sueldos en tiempo y forma y también el aumento", sostuvieron. El plazo para el cumplimiento de lo solicitado vencerá el martes, advirtieron además. De lo contrario, el paro sin asistencia ni garantía del mantenimiento de guardias, informó Bernardini, regirá durante el miércoles, jueves y viernes de la semana venidera.

Desde Feclir se iniciaron fuertes gestiones nuevamente ante el gobierno provincial y ante el PAMI para poder cobrar las deudas que tanto Salud Pública, como el Ipross y el PAMI mantienen con las clínicas y sanatorios provinciales, que en total rondan los 25 millones de pesos.

No obstante hasta ayer no hubo ni siquiera promesas, trascendió.

El pedido llegó a oídos de las autoridades de las obras sociales y también del gobernador rionegrino, Miguel Saiz, a través de su futura ministra de Salud Pública, Cristina Uría.