MONTECRISTI, Ecuador (Télam/DPA).- El presidente Rafael Correa encabezó ayer la ceremonia oficial de apertura de la Asamblea Constituyente, en la ciudad de Montecristi, en la que llamó a los legisladores a concretar "un cambio radical rápido y profund" en el país que consolide la "revolución ciudadana".
Correa defendió la "actuación democrática" de la mayoría oficialista en la Constituyente que cesó al Congreso de oposición y lo ratificó en el poder, y dijo que ahora cuenta con "un inmenso capital político" para hacer sus reformas.
"Lo que ha sucedido en el país es algo maravilloso, mágico, así no lo entiendan o no lo quieran entender los derrotados", dijo Correa en la inauguración de la Asamblea que empezó a redactar la nueva Constitución en Montecristi (250 km al suroeste de Quito).
El mandatario juzgó como una distorsión que se hable de "paquetazo" las primeras resoluciones que lo ratificaron después de someter su cargo a consideración, y declararon en "receso" a los 100 diputados hasta cuando se someta a referendo la Carta Política en el 2008. Al mismo tiempo asumió las funciones legislativas, en lo que fue duramente criticado por la derecha que al grito de "dictadura" votó en contra de la resolución. "El gobierno hizo lo que quiso a través de una Asamblea que resolvió que los plenos poderes son para cualquier cosa, violando la institucionalidad", dijo Pablo Lucio
Paredes, asambleísta independiente
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, fue el único mandatario latinoamericano que participó de la ceremonia de apertura de la Asamblea.
La Asamblea asumió ayer plenos poderes y deliberará los próximos 6 meses para elaborar la vigésima constitución del país a tono con "el socialismo del Siglo XXI" que propugna Correa.
