NEUQUÉN (AN).- El hombre que se quemó durante la explosión por una pérdida de gas sigue internado en Neuquén en gravísimo estado, mientras que su hija fue derivada a Buenos Aires en virtud de las complicaciones que sufrió su estado de salud en las últimas horas.

Para los médicos, la intervención de especialistas aumentaría la posibilidad de una recuperación.

Argentino González, de 67 años, y su hija Amancay, de 27, estaban el miércoles en su casa del barrio Alta Barda cuando la vivienda virtualmente estalló a partir de la pérdida de gas de una garrafita de camping que, según se supo, combustionó con el quemador de un termotanque.

La combinación resultó fatal: la explosión hizo retumbar al barrio: volaron tejas, parte de la puerta de entrada, tejas y vidrios que llegaron hasta 50 metros más allá del punto donde se produjo el estallido.

La garrafita de gas butano estaba en un lugar donde había otro cilindro de tres kilogramos (también de camping), que se prendió durante la explosión. Se trata de una pequeña habitación que la familia usaba como despensa.

"Apagá la garrafita, apagá la garrafita", le pidió Argentino a uno de sus vecinos.

González permanece internado en el servicio de terapia intensiva del hospital Castro Rendón con asistencia respiratoria y más del 70 por ciento del cuerpo afectado por la quemaduras. Su estado es gravísimo. Su hija tiene un porcentaje menor de quemaduras (42 por ciento del cuerpo). Su estado es muy delicado. Por eso, ayer por la tarde, se definió su traslado al hospital del Quemado en la Capital Federal. A las 19, la muchacha fue derivada al centro de salud en un vuelo sanitario especialmente contratado.

El accidente se produjo ayer por la tarde en el pasaje El Ceibo al 376, en la vivienda de la familia González. Además de las víctimas, viven en el departamento de dos plantas Azucena -la esposa de Argentino- y su hijo Newén quienes habían salido poco antes.

El jefe de los Bomberos de la Policía de Neuquén Jorge Serrano afirmó ayer que techo de la vivienda deberá ser levantado y reconstruido y por el momento se descarta la posibilidad de una demolición de todo el inmueble.

Entre el miércoles y ayer, especialistas de bomberos hicieron pruebas de hermeticidad en la cañería de gas, pero no encontraron pérdidas.

Poco después del accidente, un técnico de Camuzzi Gas del Sur retiró el medidor de la casa siniestrada y dijo que su función era sólo esa: controlar que no haya pérdidas y llevarse el aparato que podía ser reinstalado en cualquier momento una vez que se concluya con el período de las pericias.

Por el caso hay una investigación que está a cargo del juez de Instrucción Juan José Gago quien definió mantener una custodia de la vivienda hasta tanto no haya riesgos de un desmoronamiento. Lo más afectado fue el techo donde ayer se veían los agujeros.