En el recién pasado fin de semana, el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) puso en aviso, al menos en los medios impresos, a los habitantes de algunos barrios de la capital neuquina sobre la posibilidad de que debido a la intervención de la Cooperativa CALF el servicio de distribución del agua en tales barrios se vería afectado, por lo que sugería la provisión y ahorro pertinente.
Resulta patética la política de relaciones públicas del ente provincial, porque los vecinos de ese sector tienen problemas graves de provisión del líquido vital desde hace por lo menos diez días, al punto tal de que en las escuelas del sector han sido suspendidas las clases.
En el barrio UTEDYC, no incluido en el aviso mencionado, el agua faltó todo el fin de semana y la carencia se prolongó. Otro de los puntos en los que se advierte la total falta de consideración de ese organismo es en el famoso "0800". Cada vez que en el sufrido fin de semana, y aún el lunes, indagué a ese número telefónico recibí respuestas como: "No estábamos al tanto de la situación", "Ud. es el primer vecino del barrio UTEDYC que menciona un problema", "Le enviaremos un móvil y lo llamaremos posteriormente". La mentira parece ser el eje de la política de relaciones públicas de ese incompetente organismo público.
En reciente nota publicada en Río Negro (26/09/07), el concejal Marcelo Bermúdez pidió una "discusión razonable" para solucionar la problemática de los perros sueltos en la ciudad. Con la inteligencia que lo caracteriza y auxiliado por una aritmética elemental, concluye Bermúdez que harían falta 60 millones de pesos para construir los caniles necesarios para albergar los 60.000 canes que deambulan por la ciudad. Mil pesos por perro (cerca de un metro cuadrado de construcción económica). Recuerda que el presupuesto anual disponible para obras en Neuquén es de 80 millones de pesos.
Tomando distancia con Bermúdez, el autor de este ensayo prefiere calificar como expósitos (lat. ex pósitus = puesto afuera) a los canes que aquél llama "sueltos", porque en verdad estos animales más que sueltos, están excluidos de una sociedad que no los propició, no los quiere, no los necesita y tiene que cargar con los incontables problemas que su mera existencia implican: mordeduras, heces, parásitos, trastornos de tránsito. Como exordio de las ideas que siguen resulta imprescindible recordar las bases de la cadena trófica (gr. trophe = alimentación). En su calidad de heterótrofo (omnívoro, con menor precisión), el humano recurre, sistemáticamente, al exterminio de variadas especies animales y vegetales en su propio beneficio. De allí que resulte natural hablar del matadero de vacunos, de cerdos, de aves, de conejos, de peces, por citar los más corrientes. Lo arriba enunciado plantea problemas definitivamente insalvables a los miembros de las sociedades protectoras de animales, quienes sólo cuentan con dos vías de escape para sustentar sus principios: la primera es declarar que son absolutamente vegetarianos y que bajo ninguna presión serían capaces de ingerir carnes de ninguna especie. Esta postura noble y digna los convertiría en protectores de cuanto animal deambule por el planeta. La segunda es adoptar una posición ecléctica, cuando no cínica y acomodaticia, consistente en discriminar la fauna según reglas nunca escritas ni discutidas, otorgando a ciertas especies el privilegio de vivir (perros) y negándoselo a otras (vacas, cerdos, pollos, conejos, peces). Como no renunciamos al uso de nuestras facultades mentales, sentamos ahora el siguiente dilema. Lema 1: defenderemos la vida de todos los animales, convirtiéndonos en vegetarianos, cerrando mataderos y frigoríficos, prohibiendo la pesca. Lema 2: persistiremos en ser heterótrofos y, por coherencia mental, no daremos a los canes un estatus privilegiado en lo que a su permanencia terrena concierne.
Consideraciones energéticas:
Sesenta mil canes, a tan sólo 100 gramos de alimento diario, consumen unas 180 toneladas por mes.
Sesenta mil canes, que consuman tan sólo 1 litro de agua por día, representan un gasto de casi 2 millones de litros al mes.
Sesenta mil canes que defequen tan sólo 50 gramos al día, generan unas 90 toneladas de excrementos por mes.
Sesenta mil canes que orinen tan sólo 0,1 litro por día generan casi 200.000 litros por mes.
Sesenta mil canes, a un promedio de peso corporal de tan sólo 5 kilogramos, representan la suma de 300 toneladas de materia orgánica aprovechable.
Solución final:
A la vista de lo expuesto, y proyectando lo que será el crecimiento de la población canina expósita, resulta urgente implementar factorías/mataderos de canes de la calle. Los mismos se faenarán conforme a las normas corrientes de aplicación en otras bestias, bajo supervisión de médicos veterinarios. Se recuperará valor de la faena almacenando los pelos, de alto valor agregado por su capacidad para la captura de hidrocarburos en derrames de combustibles (elaboración de mantas oleofílicas, de aplicación en la industria petrolera). La carne resultante de la faena se someterá a cocción mediante autoclave (el gas es casi gratis en la comarca) y pasará a constituir componente proteico de alimentos compuestos-balanceados para cerdos y aves. Finalmente, los huesos se procesarán con vistas a la recuperación de calcio y fósforo para ser empleados como nutrientes en agricultura. Se ve con claridad que nuestra solución final, además de erradicar un problema comunitario de proyección inimaginable, da lugar al aprovechamiento integral de un recurso hoy ignorado. Nuevos puestos de trabajo genuino posibilitarán la hechura, mantenimiento y operación de las factorías- mataderos. Un subproducto cultural-educativo se desprenderá tras la concreción de las aludidas factorías: los canófilos pondrán especial énfasis en preservar a sus protegidos, evitando por todos los medios que ingresen en la factoría. Demás está señalar que una fracción de los expósitos podrá destinarse a las clases prácticas propias de las escuelas de medicina, enfermería, bioquímica, farmacología y toxicología.
Yo creo que la mayoría estará contenta con ser considerado pasivo a partir de este mes de noviembre del 2007, después de una larga e incansable lucha de unos contra otros de nosotros mismos, como por ejemplo algunas docentes integrantes de la comisión legislativa, quienes durante los últimos dos años se empecinaron con un solo objetivo, hacer revisar las liquidaciones y el método empleado por la Unidad de Control Previsional, que a pesar de haberles expresado mi desacuerdo porque no es de nuestra incumbencia revisar nada, sí reclamar que se respetaran nuestros derechos constitucionales, como por ejemplo el 82% de nuestro par en actividad, en igual cargo, nivel, jerarquía, antigüedad, etc., etc., al momento del traspaso al Anses como pasivos y al liquidarnos nuestro haber previsional, si no es así hay que efectuar el reclamo judicial correspondiente.
Dicha posición por parte de las referidas docentes ha causado un perjuicio tremendo e irrecuperable, como ser: haber perdido los aumentos a partir de enero de este año 2007 como otros que se dieron en el primer semestre también de este año 2007. Por suerte y gracias a Dios, todo el resto siguió adelante con el fin de lograr la transferencia, a pesar de todos los intentos de discutir, demorar, pretender lo imposible, cosas que se podrán lograr como siempre dije una vez traspasados al Anses, reclamándolos judicialmente, que por suerte hoy cubren todo el espectro previsional, todos los fallos de la Corte Suprema de la Nación, con los que podemos hacer juicio abreviado si las liquidaciones no se corresponden con nuestros derechos.
Para finalizar digo, así como repudio todo lo que hicieron dichas docentes en contra de la voluntad de la mayoría correspondientes a las otras reparticiones, o sea los no docentes, reconocer también la justa y merecida decisión de que fuéramos transferidos, a las siguientes personalidades, a saber: presidente de la Nación, gobernador, senador Pichetto, diputados nacionales, diputados provinciales, administrador Anses, Massa, secretario de la Función Pública, Oliva, y a las demás personas que pusieron su granito de arena en esta causa, a todos ellos muchas gracias, mi familia y yo les estamos muy agradecidos.
¡Qué alegría! El otro día, 20/11/07, se reforzó mi esperanza de que en mi pueblo Centenario y localidades vecinas hay más gente buena, solidaria, desinteresada y con energía positiva para ayudar, que de los otros. ¡Y, sí! ¿De quién hablo? de los Bomberos Voluntarios, Defensa Civil, camiones regadores de la municipalidad. Y digo alrededores porque también estuvieron presentes bomberos de Cinco Saltos y Neuquén apagando un gran incendio en mi chacra.
Este desastre fue originado por el desinterés, la despreocupación de tres jóvenes que vienen a orillas del río a pasar el día de calor. Y como su preocupación no va más allá de eso, ponen en peligro el trabajo de gente que como mi familia lo venimos haciendo por generaciones.
En la chacra se producen además de frutas buenos sentimientos y valores, por esto queremos expresar para todas las personas que ayudaron nuestro mayor agradecimiento.
Y sería bueno que aprendiéramos de ellos que la solidaridad se practica.
A propósito del informe sobre "Zonas de peligro" en nuestras rutas.
Esta nota tiene el objetivo de llamar la atención a quien le quepa la responsabilidad de demarcar las rutas, ya que en gran parte de la Ruta 22 y toda la 251 no están señalizados (o pintados) los carriles; aumentando considerablemente los riesgos de accidentes. Ojalá sea leída por los responsables de ejecutar esta tarea.
Muchas gracias a la dirección del hospital Pedro Moguillansky de Cipolletti, a la Dra. Marcela Mozzi y especialmente al servicio de pediatría por haber actuado con profesionalismo y dedicación ante la enfermedad de nuestra hija Carolina, y por sabernos comprender en esta difícil circunstancia. Sólo desde el interior del servicio de pediatría es posible observar la incansable tarea que realiza personal médico y de enfermería las 24 hs del día, venciendo el sueño y la fatiga, en esta ardua labor que tiene como objetivo final la salud de nuestros niños.
