Romper el llamado "techo de cristal", término con el que se denominan los obstáculos a menudo poco visibles pero aún muy presentes para que las mujeres asuman los más altos puestos de responsabilidad, es crucial para alcanzar la equidad de género.
De ahí que la elección de Cristina Fernández como presidenta de Argentina sea un avance muy significativo que debemos celebrar todas las personas que luchamos por esa igualdad. Una humilde artesana bonaerense, Aída Molinari, lo expresó de manera inigualable la noche de la elección: "Es algo espectacular porque por primera vez en la historia (de Argentina) tenemos una mujer presidenta electa por el pueblo".
Mujer de reconocida capacidad, sólida trayectoria y amplia experiencia en los asuntos públicos, la nueva presidenta electa es un ejemplo del avance en la equidad de género en el campo político en los países de la región. Tuve el honor de reunirme recientemente con ella, en Nueva York, para analizar retos globales y regionales de la salud pública y escuché su gran preocupación por la lucha contra la desigualdad social y las disparidades que persisten en el campo sanitario.
Nos enorgullece que cada día crezcan más las filas de mujeres de gran capacidad que ejercen puestos de liderazgo en el hemisferio. Cristina Fernández en Argentina y la presidenta Michelle Bachelet en Chile son los más conspicuos ejemplos. Jamaica tuvo hasta muy recientemente y por primera vez una primera ministra, Portia Simpson-Miller. En la época del lanzamiento de la atención primaria la primera ministra de Dominica, Eugenia Charles, fue una pionera y estuvo entre las principales líderes políticas que adhirieron a la estrategia.
Vicepresidentas y varias ministras de Salud y de otras carteras, como Defensa, Economía, Relaciones Exteriores y Transportes, dan sus valiosos aportes desde sus respectivos países. Congresistas, diplomáticas, empresarias y dirigentes de entes internacionales y de organizaciones no gubernamentales también destacan. En la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) tenemos dirigentes femeninas y en la OPS hemos logrado que la mitad de nuestras Oficinas de Representación en los países estén encabezadas por mujeres. El "techo de cristal" se va volviendo más transparente y las mujeres son más visibles cada día en su rol de dirigentes.
Claro que aún falta mucho por hacer. En particular, tenemos el reto de la violencia doméstica y de la iniquidad que afecta a las mujeres cabezas de hogar. Pero también es evidente que se ha logrado mucho. El triunfo de Cristina Fernández es un ejemplo de los avances en la senda de la equidad de género y, por lo tanto, por un mundo más justo y equilibrado.
MIRTA ROSES PERIAGO (*)
(*) Directora de la Organización Panamericana de la Salud.
Especial para "Río Negro"