ROCA (AR).- Un procedimiento casi sobre el filo de la noche, en el que intervino personal de distintas unidades de la ciudad, más el refuerzo del grupo Bora, permitió la detención de un sujeto que tiene pedido de captura de la justicia bonaerense, ya que está acusado de cometer robos con armas en los que incluyó la toma de rehenes, y se sospecha que tuvo alguna participación en otros delitos en los que murieron dos uniformados.
El prófugo, que es oriundo de Capital Federal, se había radicado en la zona y según información oficial, habría engañado en su buena fe a varios abuelos, a quienes asaltó.
También se cree que pudo haber participado en al menos un robo a una vivienda de Roca, y a una estación de servicios de esta ciudad. Por ello, en el lugar se secuestró una moto del tipo "chopera", que podría llegar a haber sido utilizada en este último asalto.
El procedimiento se realizó en forma simultánea en tres viviendas de las calle Las Orquídeas del barrio Alta Barda de esta ciudad, al norte de J.J. Gómez. Allí se secuestraron dos plantas de marihuana, y tres armas de fuego, dos calibre 32 y un Colt calibre 38 que el hombre buscado portaba y que arrojó al piso tras intentar escapar en vano y verse rodeado.
Los allanamientos se realizaron ayer alrededor de las 20, y contaron con la supervisión -por no hacerse con luz natural-, de la fiscal Ana Benito.
El hombre en cuestión fue identificado por la Policía rionegrina como Alejandro Cortez, de unos 35 años. Se supo que habría estado cumpliendo condena en la alcaidía de Roca, pero siempre con un nombre falso, ya que nunca se estableció su verdadera identidad. De la alcaidía de Roca se había fugado en el año 2005.
Si bien el operativo duró unos pocos minutos, los uniformados tuvieron que lidiar con un grupo de vecinos, que al ver la presencia de numerosos efectivos, decidió intentar evitar el procedimiento a los piedrazos. Sin embargo, los policías se encargaron de disuadirlo.
Mientras, Cortez se dio cuenta que estaba a poco de ser apresado, por lo que intentó fugarse a través de unos de los paredones de una de una casa.
Los investigadores sabían que podrían correr ese riesgo, y había puesto uniformados también en los alrededores. Fue así que Cortez logró saltar uno de los tapiales, pero no alcanzó a recorrer muchos metros hasta que fue rodeado. En ese momento, arrojó un Colt 38 y se entregó al ver que no tenía posibilidades de escapar.
En una de las casas allanadas, los policías secuestraron una valija con prendas de buen vestir. Se cree que serían similares a las utilizadas por el delincuente que engañaba a los abuelos.
Quedó alojado en la comisaría Tercera, a donde fue trasladado a toda velocidad, maniobra que incluyó el corte de calles para que pase el patrullero.
