Jueves 29 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 33 > Sociedad
Estalló una casa en Neuquén, un herido grave
Una pérdida de gas causó conmoción en el barrio Alta Barda de Neuquén, cuando una casa sufriera una terrible explosión y volaran vidrios y distintos materiales, a varios metros a la redonda. El dueño de la vivienda se encuentra internado y en grave estado. Tiene el 65% de su cuerpo quemado. Los vecinos aseguran que son frecuentes las pérdidas de gas.

NEUQUÉN (AN).- Un hombre sufrió gravísimas quemaduras y está internado en grave estado, luego de sufrir las consecuencias de un violento estallido en el interior de su vivienda en el barrio Alta Barda de esta ciudad. La explosión se habría producido a raíz de un escape en la red de gas, aunque también estalló una garrafita de camping que el dueño de casa tenía en el primer piso del departamento.

El estallido arrancó la chapa exterior de una puerta metálica doble, la cual voló varios metros y chocón contra el portón reja. También volaron los vidrios de las ventanas y se desparramaron las tejas de la casa. La onda expansiva hizo que los vidrios recorrieran más de 50 metros provocando pánico en el vecindario de monobloques.

Al parecer, al momento de producirse la combustión era mucho el gas acumulado en el cielo raso del primer piso, en una casa de techo a dos aguas.

El más afectado fue el dueño de la vivienda identificado como Argentino González, de 67 años, quien sufrió quemaduras en el 65 por ciento del cuerpo, además de golpes y lesiones provocadas por parte del cielo raso que se le vino encima.

El hecho se produjo a las 17.50, apenas 24 horas después de que la explosión en una pescadería de la calle San Martín al 1.800, también por una pérdida en la red de gas.

"Escuché los estampidos, se movió todo, y salí corriendo. Lo encontré al vecino a los gritos y muy lastimado, me decía 'la garrafita, la garrafa, apagá la garrafa' qué se yo, estaba muy mal, lastimado y con un shock. Apagué la garrafita con una manguera que otro vecino tiró por el patio", afirmó Jorge Agüero quien vive en una de las dos casas vecinas.

La casa de dos plantas y techo de tejas está en el pasaje El Ceibo 376, un sector de calles peatonales donde los vecinos se conocen desde hace 30 años, cuando se terminó de construir el plan de viviendas.

Los vecinos dijeron que nunca pasó algo como lo de ayer pero aseguran que es común que haya pérdidas de gas en los medidores. Ayer por la tarde -apenas veinte minutos después de la explosión- el olor a quemado se mezclaba con el del fluido.

Argentino González estaba con su hija Amancay, de 27 años, cuando se produjo la explosión. Habían salido su esposa Azucena y su hijo Newén.

Según se pudo saber, Amancay -que también está internada- tiene afectadas las vías respiratorias pero no sufrió quemaduras como su papá. Por eso, al cierre de esta edición, los médicos eran más optimistas en cuanto a su posible recuperación.

Los vecinos que ayudaron a Argentino y a Amancay estaban consternados.

Entre ellos llegó un médico que intentó primeros auxilios y espero a la ambulancia que llegó rápido.

"Estaba en el estudio terminando un trabajo cuando escuchó las explosiones, salí enseguida, como todos los vecinos. Los vidrios llegaron hasta el hall de mi casa", explicó el abogado del gremio ceramista Mariano Pedrero, que vive enfrente a la casa de González.

Una vez que llegó la ambulancia los vecinos estaban preocupados por dar con la esposa de Argentino a quien ubicaron 40 minutos después. La mujer se fue directamente al hospital Castro Rendón.

Allí, anoche, seguían internadas las dos víctimas de la tragedia.

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