SAN CARLOS DE BARILOCHE.- En el juzgado federal y en la Escuela Militar de Montaña de Bariloche dudan sobre la verosimilitud de las denuncias realizadas por una persona sobre espionaje en organismos públicos de la ciudad.

Si bien existen causas abiertas en la justicia y en diferentes organismos del Estado, los consultados por este diario aseguraron que las mismas mezclan "hechos reales con hipótesis y fantasías". El ex secretario de Gobierno municipal, Adolfo Fourés, agregó que uno de los denunciantes "ya ha tenido episodios análogos y tiene un informe médico por actitudes de este tipo".

El jefe de Inteligencia Bariloche, mayor Marcelo Rodríguez Rey, admitió ante la prensa que un agente de su unidad, de iniciales de identificación W. F. Q., cumplió funciones en la fiscalía federal local. El reconocimiento consta en una resolución firmada el 25 de setiembre de este año por el fiscal federal de Bariloche, Jorge Bagur Creta, quien luego de tomar conocimiento de la doble función del agente, determinó suspenderlo de sus tareas administrativas en fiscalía y promovió una causa penal ante el fiscal general, Mario Sabas Herrera.

Rodríguez Rey aceptó ante el fiscal que mientras W. F. Q. trabajaba en la fiscalía "postuló" su ingreso a la "Unidad de Inteligencia", que recibió un nombre ficticio para uso interno, que "prestó funciones", que "llenó libros de guardia" e "hizo servicio de armas".

La resolución del fiscal confirma la denuncia realizada por un sargento primero de la sección Inteligencia, respecto a la presunta infiltración de un agente de inteligencia en la fiscalía, ubicada en el mismo edificio del juzgado federal, con el objetivo de obtener información de funcionarios judiciales y que se hizo pública la semana anterior.

No obstante, Fourés dijo tener "vínculos" con la fuerzas que están asentadas en Bariloche, que le aseguraron que el denunciante "es una persona que ya ha tenido episodios análogos y que tiene un informe médico que este tipo de actitudes son previsibles en él". Luego agregó que "es absolutamente absurdo (el espionaje), porque para saber lo que pasa en la municipalidad no hace falta ser espía. Son todos instrumentos públicos".