El primer comentario que recibí de este filme fue definitivo: "de cómo la familia Ingalls se transforma en la de El resplandor". Me dio para pensar y la vi con atención.

Tuve suerte con este primer comentario ya que fue el más acertado. En rigor, "La proposición", un filme dirigido por John Hillcoat y escrito por Nick Cave, es un western a la altura de "Los Imperdonables", de Clint Eastwood. Es decir, una obra maestra del género.

Pero ¿cómo es que mi amiga llegó a un veredicto aparentemente tan alejado de la dinámica de una película de bandoleros? ¿Cómo es que estableció un punto de contacto entre los caza recompensas, los comisarios de pueblos polvorosos y de mala muerte, y el interminable culebrón de una familia dulce y perfecta como los Ingalls?

Otro amigo, Rubén, me dijo también hace unos años que la familia era ese ámbito en el que sucedían las mejores y las más terribles cosas. De que así como "Los imperdonables" es una historia acerca de la lealtad entre amigos; "Veracruz", una sobre la ambición desmedida; y "Río Bravo", otra que habla de la dignidad y el renacer de los caídos, "La proposición" es, en el fondo, el relato de una familia que vive entre el amor apasionado y el odio visceral.

Les cuento brevemente el argumento del filme: todo ocurre en la Australia de fines del siglo XIX y da comienzo justo en el momento en que dos hermanos de una banda de cuatro, son capturados.

El policía a cargo de la ley en un lugar que semeja el infierno, caliente, seco y olvidado de la mano de dios, le propone a uno de ellos (Guy Pearce, perfecto en tiempo y forma) un trato que no podrá rechazar: si mata al mayor de sus hermanos, el peor de los tres, él en persona se encargará de que no maten al más pequeño que tiene obvios problemas mentales.

El asunto se complica cuando el comisario que pretende, según propias palabras, "civilizar este lugar", no puede cumplir su promesa y el chico muere luego de ser azotado 100 veces a manos de una turba.

La propuesta del policía, una compleja forma de venganza, la revancha posterior, el reencuentro de los hermanos, conforman un largo camino de amores y odios, de fortuna y destino trágico.

Salvando las distancias, cada familia es propietaria de un Cadalso y de un Paraíso terrenal. Los hogares, como los hermanos de sangre, como los padres, a veces son nuestro refugio y a veces el país del cual sólo deseamos exiliarnos.

En el quehacer de lo cotidiano, la violencia de las palabras se funde en un mismo fuego con la pasión que expresan los gestos. Como si cuanto más capaces fuéramos de amar, más cerca estuviéramos de detestar lo que adoramos.

"La proposición" es relato griego donde las cosas acaban tal cual deberían. Sin embargo, el desarrollo del relato tiene saltos argumentales, rincones oscuros, posibilidades no establecidas que hacen pensar en el no sentido y sentido de lo que rodean a los personajes y a nosotros mismos.

No siempre, pero cada tanto una película nos habla al oído acerca de la condición humana. Que sea un western, como este caso, construido a partir de una fotografía excepcional, y que esté escrito por el gran Nick Cave, resultan el colmo de lo divertido y esencial.

Estoy seguro de que cada cual carga con su cruz y su propuesta. Existir no es otra cosa que el acto de llevarla a cabo.

CLAUDIO ANDRADE

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