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Mantenimiento básico y consejos para salir a la ruta | ||
Antes de realizar viajes largos o cotidianos sobre rutas es necesario saber que la dirección, los frenos y la suspensión de nuestros autos estén en buenas condiciones. | ||
RIO NEGRO.- “Si se te rompe el motor o la caja te quedas tirado, si tenés problemas con los frenos te podés lastimar”. Esta es una frase muy trillada que los más jóvenes solemos escuchar de nuestros padres o mayores. Río Negro Online consultó algunos especialistas que nos dejaron varias recomendaciones prácticas a tener en cuenta. Se calcula que la vida útil de los motores de cualquier vehículo de uso personal se prolonga entre los 200 mil y 400 mil kilómetros. Pero la utilidad de un juego de neumáticos –sin que sufra alguna complicación extra- llega a los 50 mil y 60 mil kilómetros. O sea que, realizando linealidades matemáticas, puede decirse que necesitamos entre cuatro y nueve juegos de cubiertas durante lo que dure el motor. Existen revisiones mecánicas de control con arreglos mínimos, donde se repasan los frenos, sistema de dirección y la suspensión del tren delantero y trasero. Este tipo de chequeos de rutina, por llamarlos de algún modo, deben realizarse entre los 45 y 60 mil kilómetros o cada seis u ocho meses, dependiendo del tipo de uso que tenga el vehículo. El costo de estos controles arrancan cerca de los 160 pesos y suben si hay que realizar mayores arreglos. Por lo general incluyen Alineación, Balanceo, la revisión y mantenimiento con trabajos mínimos. Esto garantiza, por un lado, que el auto está en condiciones de transitar y, por otro, el correcto desgaste de cubiertas, piezas de dirección y suspensión, para aprovechar al máximo la duración de todos los componentes. Frenos. En cada parada en el taller es necesario saber si las “pastillas y los discos” o las “campanas y patines” (dependiendo del modelo), están dentro de lo aceptable para el sistema de frenado. También hay que controlar el líquido de freno. Suspensión. Este dispositivo, dependiendo de las marcas, incluye amortiguadores, espirales, bujes, tensores, barras y “parrillas”. Su correcto funcionamiento estabiliza el andar del vehículo y permite mejores condiciones de frenado y maniobrabilidad. Dirección. Incluye todas las piezas que permiten manejar un auto. Caja de dirección, extremos, manchones, crucetas, rotulas, etc. Aquí no hace falta agregar el porque es necesario saber que todo funcione correctamente. Neumáticos. Muchas veces sucede que las cubiertas tienen apariencia de estar en buen estado porque, a simple vista, no están desgastadas o “lisas”. Pero esto no siempre significa que estén aptas para viajes largos, muchas horas de circulación, superficies desfavorables -lluvias, ripio y barro- o sobrecarga de peso. Rodamientos. Esta podría tratarse de una segunda fase del control que permite establecer el desgaste de los rodamientos del auto. Rulemanes, “punta de ejes”, “semi-ejes”, entre otros. Es importante el buen estado de estas partes para asegurar el correcto desgaste de los demás componentes asociados la estabilidad del vehículo.
Comparación Con lo expuesto pueden aventurarse algunas conclusiones. Si volvemos a reiterar que la vida útil del motor de un vehículo particular se posa entre 200 y 400 mil kilómetros, sólo deberían realizarse –minimamente- entre cuatro y ocho chequeos mientras el motor nos lleve. Por otra parte si se expone que, por citar un ejemplo, un Volkswagen Gol 1.6 modelo 2003 ronda los 25 mil pesos, todos los chequeos de seguridad –extendido en la vida del auto- no representarían siquiera el 10 por ciento del valor total del auto. Si sabemos que es necesario realizar algunos controles, por qué, a veces, no los realizamos. | ||
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