Miércoles 28 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 37 > Sociedad
Ni la AIC se anima a dar un pronóstico sobre el verano
A finales de noviembre no se sabe cómo serán los primeros meses del año desde el punto de vista hídrico. El organismo dio un escueto informe que no menciona la crisis energética.

NEUQUÉN (AN) - A un año de crecidas que hicieron historia le siguió uno de sequía extraordinaria. Seguramente por eso, en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) no se animan a hacer un pronóstico a largo plazo, ni meteorológico ni hidrológico.

El organismo emite todos los meses un informe hidrometeorológico que suele ser elocuente de lo que ocurrió el mes anterior y de lo que pasará en el trimestre siguiente.

Nada sería que el informe correspondiente a octubre se hubiera distribuido recién en la segunda mitad de noviembre porque ya es normal, pero esta vez la información es escueta y además se soslayó un capítulo entero del cuadernillo, el que transcribe la evaluación del mes anterior.

"Para la zona cordillerana, en el período noviembre-diciembre-enero se prevén condiciones de precipitaciones cercanas a las medias", es lo poco que dice la publicación en relación con algo parecido a un pronóstico a largo plazo.

Si es verdad que, como anuncian consultores particulares, este verano se verá una nueva cara de la crisis energética nacional, la información sobre disponibilidad de agua en los ríos del norte de la Patagonia se transforma en vital para programar el despacho de electricidad desde las centrales hidráulicas.

Como viene pasando desde hace tiempo, a nadie debería asombrarle que la secretaría de Energía de la Nación maneje este verano el despacho de electricidad en esta zona de acuerdo a las necesidades de la red nacional.

Lo único que no se podrá soslayar son algunas pocas normas de manejo del agua que protegen la producción frutícola. Por eso, la AIC sí estima que en el valle los caudales del río Neuquén irán entre los 120 y los 170 metros cúbicos por segundo (más de 70 se lo llevan los sistemas de riego) y los del Limay, de entre 390 y 440. La suma de ambos ríos "permiten totalizar los mínimos del río Limay", agrega.

Las autoridades de la AIC aclararon, a renglón siguiente, que "son posibles otras evoluciones de los embalses", pero que la operación descripta tiene como premisa "optimizar la disponibilidad de agua para cumplir con los requerimientos aguas abajo, en el marco de una operación razonable". Ello, añade, "independientemente de que implique ajustes a normas de operación previstas para relaciones de aportes de las cuencas algo diferentes a las actuales".

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