Miércoles 28 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 27 > Internacionales
Bolivia: pelea callejera de bandos irreconciliables
Hoy, seis regiones inician un paro contra Morales. El presidente no cede en la sanción de la Constitución.

 

LA PAZ (DPA) - "Esta gente me quiere", susurró Evo Morales a su viceministro Sacha Llorenti, mientras éste sonrió y optó por sacar fotos de la inédita marcha presidencial -a su paso por El Alto- por una renta vitalicia para la tercera edad, y de respaldo a la Asamblea Constituyente, que en tiempo récord aprobó en grande la Carta Magna para la prometida refundación como quiere el eterno líder de los cocaleros.

El baño de popularidad que recibió en El Alto y La Paz era lo que más necesitaba el mandatario boliviano ante la tenaz oposición del rico departamento de Santa Cruz y otros cinco que hoy un paro de protesta contra el estilo de gobierno del líder indígena que hace casi dos años está en el Palacio Quemado de La Paz.

"El país está partido", dijo el asambleísta de Poder Democrático y Social (Podemos), Carlos Alberto Goitia, quien insistió en la urgente mediación de la Iglesia Católica para "reconducir a la Asamblea Constituyente".

Raúl Prada, asambleísta del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido del presidente Evo Morales, apoya por su parte "una nueva legislación porque el viejo país no dio los frutos deseados"."Este es un diálogo de sordos donde nadie cede nada", graficó el analista político Carlos Cor

dero, partidario de una cumbre política para salvar a la Asamblea Constituyente.

Pero los violentos sucesos registrados el fin de semana en Sucre son producto de una tensión de seis meses después que asambleístas de Chuquisaca presentaron un documento exigiendo tratar el pedido de traslado de la sede de gobierno que desde 1899 funciona en La Paz.

Como bola de nieve creció esa demanda que distanció por completo a Sucre y La Paz, regiones que en 1899 fueron protagonistas de la llamada "Guerra Federal" de Bolivia que terminó favoreciendo a los paceños. El Comité Interinstitucional de Chuquisaca, presidido por Jaime Barrón, no cedió un milímetro en el tema de "capitalidad plena", y logró la adhesión de los pobladores de la ciudad blanca de Bolivia, y sobre todo de los estudiantes de la universidad pública de Sucre, donde también ejerce el cargo de rector.

En cuatro ocasiones fracasó el intento de reanudar sesiones de la Asamblea Constituyente que se paralizó el 15 de agosto tras una polémica resolución que prohibió tratar el pedido de traslado de la sede de gobierno de La Paz a Sucre. "No había otra salida que reunirnos en el Liceo Militar de La Glorieta para aprobar en grande la constitución que la mayoría de los bolivianos esperaba", explicó Carlos Romero, asambleísta del MAS, y miembro de una comisión especial que negoció sin éxito un acuerdo con las organizaciones de Sucre para otorgar garantías a 255 asambleístas.

Luego se desató la violencia en las calles de Sucre que arrojó tres civiles muertos y un policía desaparecido, unos 200 heridos, recintos policiales quemados y saqueados, al igual que el domicilio del prefecto de Chuquisaca, David Sánchez. "Nos querían matar en Sucre. Ni agua querían darnos. Los universitarios lanzaban llantas con dinamita en su interior desde las colinas altas. Tuvimos que escapar atravesando un río hasta llegar a Yotala y salir 'rajando' hasta Potosí, y luego a El Alto", relató el concejal municipal de El Alto Roberto de la Cruz.

También los medios de comunicación social sufrieron brutal arremetida, tanto en Sucre como en La Paz.Como ocurrió con la estación radial ACLO, cuyos periodistas huyeron de Sucre a Potosí por amenazas de muerte de grupos radicales de Sucre.

El presidente Evo Morales ante el ataque de la oposición asentada en Podemos, las prefecturas y comités cívicos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Cochabamba, busca defender en las calles la constitución que requiere para cumplir su prometida refundación del país, incluyendo su reelección indefinida.

 

MARIO ROQUE CAYOJA 

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