Lo llaman simplemente láser verde o KTP, y está indicado en aquellos pacientes que presentan un crecimiento benigno de la próstata, una condición que afecta al 50% de los hombres mayores de 50 años, y después de los 80 años, al 90%. A diferencia de los tratamientos precedentes, la nueva técnica requiere menos de un día de internación y no más de 48 horas de postoperatorio, y reduce las posibilidades de producir incontinencia urinaria o problemas de erección por daño de los tejidos después de la intervención.
Para los especialistas, la presencia en el país de este dispositivo marca un antes y un después en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna, ya que en comparación con los procedimientos tradicionales, el KTP reduce las complicaciones, registra una bajísima morbilidad y permite al paciente regresar a sus actividades cotidianas en no más de 48 horas.
La fibra óptica emisora del láser se introduce por la uretra, y la temperatura que produce más de 100ºC vaporiza y destruye el adenoma de próstata, que se transforma en vapor de agua y se elimina a través de un sistema de irrigación.
A su vez, se produce una coagulación cerrando los vasos sanguíneos, gracias a lo cual se evitan las hemorragias tan frecuentes en la cirugía convencional.
Algunas limitaciones
El equipo es de tamaño reducido y silencioso y posee una longitud de onda de 980 nanómetros, que al ser absorbida muy bien por el agua y la sangre, a diferencia de otros láseres, imprime su especial efecto vaporizador. Según explicó Alejandro Nolazco, jefe de Urología del hospital Británico de Buenos Aires, donde se encuentra el dispositivo, la mayoría de los pacientes operados con RTU y con cirugía abierta tenían que esperar 30 días como mínimo para hacer esfuerzos y recuperarse totalmente.
El nuevo sistema, explicó, "no sirve para el tratamiento del cáncer de próstata. No obstante, se puede aplicar en pacientes que tienen una obstrucción prostática concomitante al cáncer tratado. También está indicado en pacientes cuyo estado de salud está complicado por otras patologías paralelas, o porque son añosos y tienen alto riesgo quirúrgico.
Una de las desventajas por el momento es que es un procedimiento caro.