En los 15 días que restan para que se concrete la transferencia de mando en la cúspide del poder, el presidente Kirchner seguirá "allanándole el camino" a su sucesora, nada más ni nada menos que su esposa, Cristina Fernández.
"Aún me quedan algunas cositas por hacer", deslizó con picardía el pingüino. Confió en que lentamente está logrando el cometido de bajar el perfil para facilitar el encumbramiento de Cristina. "Nadie debe opacarla, hay que ofrecerle la base para una mejor gestión", ordenó como planificador del futuro gobierno, que tendrá un estilo muy distinto, aunque aclaró que "la prueba de fuego consistirá en mantener en lo esencial el proyecto político, económico, social y cultural".
Kirchner procuró despistar. No obstante, así como el aumento de las retenciones al agro y a la producción petrolera garantizarán el superávit del 2008, es de prever en lo inmediato:
" la fijación en forma gradual de los "retoques" a las tarifas de los servicios públicos a partir de febrero o marzo;
" el arreglo del pago de la deuda con el Club de París, para dar una señal clara de confiabilidad a los países industrializados y alentar un clima de mayores inversiones. En tal contexto, debe inscribirse la inusual presencia del flamante titular del FMI, el socialista Dominique Strauss-Kahn, en el acto de asunción de Cristina;
" la definición de los ascensos y retiros en las Fuerzas Armadas para terminar "con los ruidos" que provocó la semana pasada la expulsión del jefe de Inteligencia, general de brigada Osvaldo Montero.
La reconciliación con el Fondo Monetario Internacional se hará sin aceptar las recetas recesivas de antaño. "El esquema de acuerdo será como el logrado con la España de (José Luis) Rodríguez Zapatero. Nosotros ya alcanzamos un exitoso arreglo para el canje de la deuda externa. Los acreedores (holdouts) que quedaron afuera deberán resignarse a seguir esperando", se aseguró a este diario.
En la Rosada se ufanan de haber alcanzado más del 45% de los votos el 28 de octubre. Afirman que ésta es la transición "más normal" de los últimos tiempos.
"Cuando Néstor asumió en 2003 comparó un vocero, se discutía si le pegábamos o no a las personas que estaban en la
calle reclamando por trabajo. Ahora el eje de los problemas pasa por otro lado: por resolver las situaciones de desigualdades, de pobreza y disparidad en las prestaciones de salud".
"Le dejo a Cristina una nueva baja en el desempleo y un crecimiento sostenido, para que ella perfeccione y profundice el rumbo", dijo el presidente el viernes, antes de viajar la pareja hacia El Calafate. Allí, en medio de los glaciares que subyugan a los turistas extranjeros, el matrimonio terminará de definir "las segundas líneas" de la futura administración.
La oposición y buena parte de la prensa sigue sacando tarjeta roja a figuras como los secretarios de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de Transportes, Ricardo Jaime, objetados por la manipulación de los datos del INDEC, y la poca transparencia.
"Si no les gustan, que vayan a elecciones y las ganen", respondió K, consultado por "Río Negro". Empero, la última palabra la tendrá Cristina, quien parece dispuesta a ofrecer gestos reparadores. Por ejemplo, su opinión influyó a la hora de desplazar de la Sindicatura a Alessandra Minnicelli, esposa del poderoso ministro de Planificación, Julio De Vido, quien acaba de ratificar sus lazos con el titular de la CGT, Hugo Moyano y otros "pesados" del sindicalismo.
"No se puede permitir todo", argumentó Cristina. La presidenta electa le anticipó al jefe de Gabinete, Alberto Fernández que, igual que Néstor, no le gusta que la "presionen". En tal sentido, patearía en principio para marzo el tema Moreno y Jaime.
Cristina ya tuvo una larga reunión con el vicepresidente electo, Julio Cobos, con quien empezó a definir cuáles serán los espacios de los radicales K.
En el Congreso, cada fuerza mantendrá su identidad y se armará un interbloque. Varios de los dirigentes repudiados por la UCR alfonsinista se integrarán al gobierno nacional. Uno de ellos, con certeza, será el actual intendente de la ciudad de Neuquén, Horacio "Pechi" Quiroga.
Hacia fuera, la mandataria electa ratificó las alianzas regionales con Chile y Brasil. No desairará a la Venezuela de Hugo Chávez, pero a él lo condicionará internacionalmente. Uno de sus cometidos esenciales es fortalecer el Mercosur para dialogar de otra forma con los bloques mundiales y, en esa dirección, fortalecerá lazos con Israel, a pesar de la inclinación del caudillo caribeño por los fundamentalistas de Irán.
Cristina mirará con más simpatía a Europa, pero no desatenderá a Estados Unidos. Es tan pragmática como su marido. Entre las invitadas el 10 de diciembre figuraba Hillary Clinton. El canciller Jorge Taiana le sugirió tacharla de la lista: ¿si no es la candidata de los demócratas?, ¿si lo es y pierde? ¿Para qué entrometernos en una interna que no es nuestra?
ARNALDO PAGANETTI
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