PLAZA HUINCUL (ACC).- Más de una cuadra de manifestantes reclamaron anoche justicia por las calles de Huincul y para exigir mayor seguridad, ante el homicidio del joven Eduardo Ariel Guíñez. La nutrida columna, que portaba carteles, pancartas y también velas encendidas, estaba integrada por la familia del muchacho, sus amigos, compañeros, vecinos y autoridades.
Pasadas las 20 empezaron a reunirse en la sede del barrio Otaño los pobladores que se sintieron convocados para participar de la marcha para solicitar "justicia y seguridad", ante el homicidio de Guíñez (17), ocurrido en la madrugada del domingo. Partieron desde el mismo sitio, donde el muchacho pasó sus últimas horas de vida.
Existía ayer cierta inquietud entre los más allegados y parte de los organizadores de esta manifestación, porque el presunto autor del disparo que terminó con la vida de Eduardo podría acercarse y realizar algún disturbio.
El hasta ahora sindicado como presunto autor fue demorado horas después del hecho, en un allanamiento ordenado por la justicia, aunque por tratarse de un menor de 15 años recuperó su libertad el mismo día.
Entre los asistentes a la marcha de ayer se encontraban los padres de la víctima, los amigos, compañeros de escuela y los integrantes de la murga en la que participaba Guíñez. El intendente Alberto Crespo se sumó y dialogó con los integrantes de la comisión barrial, antes de partir y luego formó parte de la nutrida columna de manifestantes, junto a otros funcionarios. El cura párroco "Pepe" también acompañó a los vecinos que angustiados y preocupados, se acercaron a demostrar su acompañamiento.
Las manifestantes partieron desde la calle Chubut y siguieron hasta avenida Castagnous. Luego lo hicieron hasta la ruta provincial Nº 17, transitaron el puente "Teresa Rodríguez" y siguieron hasta llegar a la intersección con la nacional 22.
También pasaron frente al CPEM Nº 58, escuela secundaria al que asistía Eduardo, a cuarto año. Allí hicieron una oración religiosa en su memoria. Luego se retiraron y siguieron movilizados hasta la comisaría 6º de Huincul, para finalmente dirigirse al punto de partida.
El crimen que motivó esta movilización ocurrió la madrugada del domingo en la vereda del centro comunitario del barrio Otaño. Allí, la víctima permanecía junto a otros amigos cuando se acercó el agresor, quien después de intercambiar unas palabras, lo habría "invitado" a pelear a la plaza, que está a escasos metros. Sin embargo, por los testimonios recogidos por parte de los investigadores, el muchacho intentó apaciguar la situación. Pero su agresor extrajo de entre sus ropas un arma de fuego con la que le disparó a la altura del pecho. La bala le perforó una cavidad del corazón, por lo que su muerte fue casi instantánea. De acuerdo con las pericias el disparo fue hecho a dos o tres metros de distancia.