Este medio publica un artículo referido al bajo aporte de ganancias per cápita registrado en nuestro país, indica que se tributa por persona el 1,5%, mientras que en países como Suecia llega al 10% o Francia al 5%, dice también que nos quejamos todos los meses a consecuencia de tener que pagar los impuestos.
Lo que llama poderosamente la atención es que el cronista olvida de mencionar algunas cosas, como por ejemplo que, como siempre, los más chicos y de menores ingresos somos los que pagamos todos los impuestos, y fundamentalmente olvida referir que no es que no estemos de acuerdo con abonarlos sino que no estamos de acuerdo en pagarlos para no recibir nada a cambio. Quienes trabajamos día a día y abonamos los tributos vemos que no hay ningún retorno para nuestros esfuerzos, no hay salud, ni educación estatal y mucho menos seguridad, debemos pagarnos todos los servicios y ni siquiera recibimos el asfalto de nuestras calles en contraprestación, realmente todo es una vergüenza y me apena que el diario omitiera esgrimir estas razones que son reales y pesan mucho en la actitud de una sociedad que está cansada de contribuir para mantener un aparato que es el Estado, que distribuye y administra pésimamente los recursos recibidos.
Que es sentirse solo, sin nadie que te dé un aliento de esperanza, de que un cambio es posible, o negarse uno mismo con mentiras que en primer momento nos da una ilusión de libertad y esperanza, pero luego viene la depresión, volver a sentirse solo y abandonarse nuevamente. Sentir que no somos seres humanos, ya que no nos respetan, que la discriminación es constante, en todos los sentidos, en todos los medios.
Cuando nos ven, creen ver a un gordo, no ven al ser humano, ni al amigo, al trabajador o a ellos mismos; hoy ni siquiera pesarse en los hospitales nos es posible ya que no poseen balanzas para pesos superiores a los 120 o 140 kg (obesidad mórbida), las obras sociales (si tienes la suerte de tener una) no reconocen a la obesidad como enfermedad y menos aún los análisis que conllevan esta enfermedad, porque este mal que es la obesidad es una enfermedad, que si no es tratada podés terminar muerto.
En esta sociedad en que hoy el 20% ya es obeso, donde los niños ya tienen obesidad infantil, donde este mal se expande como epidemia y nadie le presta atención. Hoy cuántos conocen qué te provoca la obesidad, muy pocos lo saben o muchos prefieren ignorarlo, la obesidad provoca entre otras cosas: presión arterial, diabetes, problemas respiratorios y cardíacos, entre otros males.
Esto es un llamado a la acción a todos los que pueden hacer algo y no lo hacen, a cada uno de nosotros, los "gordos"; amigos, es hora de que empecemos nuestro propio cambio, ven y reúnete con nosotros, se está gestando algo nuevo en Roca, no viene a reemplazar, ni querer ocupar el lugar de otras organizaciones ya creadas y organizadas, sino a ponerse a la par, a acompañar y ayudar, hablo de "Casa del sol", acompaña en su formación, es una opción entre tantas cosas que nos suceden hoy.
En mi caso soy un obeso mórbido de más de 160 kg. Gracias a Dios aún no he sufrido grandes problemas de salud que esta enfermedad conlleva, pero al saberlo busco la manera de poder cambiar mi situación, he sufrido discriminación entre otras cosas, por eso amigos, acompáñanos, si estás o no en una situación similar, nosotros tenemos que dejar de ser anónimos, sólo nosotros mismos podemos realizar nuestro cambio.
Por medio de estas líneas pido a gobernantes y al pueblo de Neuquén que no tiñan de sangre las calles de esa bella ciudad.
En toda la historia de la humanidad hemos comprobado que las matanzas indiscriminadas no han servido para nada.
¿Por qué proponen matar perros porque molestan y no proponen matar a delincuentes, violadores y otras escorias que producen daños graves a la ciudadanía?
Por favor, concejales, se les paga para encontrar soluciones.
Si trabajan de la manera debida ya habrían entendido que las castraciones masivas son la solución. Matar es fácil. No necesito un concejal para que lo determine.
No den vergüenza ante el mundo. Tomen conciencia de que están en el siglo XXI y no decidan repartir vida o muerte, porque sólo Dios puede hacerlo.
"Fuentealba y las seis muertes de Parque Industrial"
Comparto con muchos neuquinos la creencia de que la muerte del profesor Carlos Fuentealba no fue sólo el resultado de un impulso criminal individual sino también el producto de una decisión política.
Pero me pregunto si la muerte de seis personas, entre mayores y niños, ocurrida el domingo 18 de este mes cuando el fuego destruyó su vivienda precaria que habitaban en una toma de Parque Industrial, no es la consecuencia de una decisión política. Que quienes ejercen cabalmente el poder sobre una comunidad, aparentemente para resguardar sus derechos, no presten atención a los múltiples déficit que padece la población, entre ellos el inequitativo reparto de la riqueza, es toda una decisión política. Ese reparto injusto, por si no soy claro, lleva a que se multipliquen por miles las humillantes y peligrosas casillas.
Creo que no es sustancial conocer el origen del fuego que destruyó la "vivienda" de Parque Industrial. Ese dato sólo le servirá a la Justicia. ¿Importa si fue un cortocircuito o un hecho intencional? Recordemos que igual número de víctimas ocasionó el incendio de una casilla ocurrido el 25 de setiembre de 1998 en la toma Esfuerzo. Y por lo que sé, no se trató de un hecho criminal.
Fue alentador que miles de neuquinos nos encontráramos en la calle en aquellos días de abril de este año reclamando justicia por el asesinato de Fuentealba, donde predominaba la clase media que mucho se identifica con el oficio del educador. La mirada de esas permanentes movilizaciones no se limitaba a quien disparó contra el maestro. El pedido era y lo sigue siendo más profundo: que la severidad de la Justicia llegue hasta quien dio la orden.
Es obvio que el poder político no dio la orden para que se incendie la casilla de Parque Industrial. Pero sí es toda una decisión política que esa familia pobre estuviese, como muchas lo están en este preciso momento, en grave riesgo de perderlo todo, inclusive sus vidas.
Lo que no es alentador es que nadie ni en forma individual o colectiva a través de agrupaciones políticas, sindicales o sociales organice otra masiva movilización reclamando justicia por estas muertes absurdas, evitables, injustas.
La filosofía habla hoy de nuevos paradigmas que definirían una nueva era en la historia de la humanidad. La pregunta que me inquieta es si estos nuevos paradigmas son las marchas clasemedieras, los reclamos sectoriales sin contacto con otras crudas realidades, las solidaridades acotadas. En definitiva, la pelea por derechos compartimentados que ni siquiera perturba a quienes forman parte decisiva de un sistema insensible a los padecimientos de un pueblo.
Es posible que así como estamos nos conforme, y que sólo en el caso de que una acción o inacción política toque nuestros intereses sectoriales nos veamos motivados a salir a la calle. Todo sea por no modificar a fondo un sistema que, creemos, nos contiene, pero al que en definitiva no le interesa el bien común.
Hoy puedo concretar una de mis grandes ambiciones.
Yo vine a Neuquén hace 40 años trayendo bajo el brazo mi diploma de carpintero ebanista. Vine a buscar mejores condiciones de vida, y tengo que dar gracias a la vida por haber puesto en mi camino a mucha gente, entre ellos a Don Jaime de Nevares, que me hicieron descubrir que esas legítimas aspiraciones tenían sentido en la medida de que hubiera mejores condiciones de vida para todos, porque nadie se salva solo.
Por eso, entiendo que esta banca no es mía en lo personal. Esta banca es una representación política, que más allá de la persona que la ocupe, obedece a los lineamientos políticos que hemos enunciado desde siempre, entre los que se destacan lograr mayores espacios de participación para los jóvenes y un mayor rol protagónico de las mujeres.
Y ¿qué fue lo que me animó a participar en las elecciones, aspirando a una banca en este Concejo Deliberante?
Yo estoy aquí: por el importante número de jóvenes que irrumpieron con su bronca en diciembre del 2001, por las mujeres que ante esa espantosa crisis cargaron a sus hijos al hombro y salieron a pelearle a la vida un mundo mejor para ellos, por los militantes que tuvieron la grandeza de tomar la decisión política de cambiar la protesta del piquete por la disputa de poder con las herramientas de la democracia, a partir del brote de esperanzas que se generó con el gobierno que se inició el 25 de mayo del 2003.
Todos ellos me honraron con la decisión de que yo podría representarlos encabezando la lista de concejales.
Mi aceptación a esa candidatura estuvo condicionada a que ellos mismos fueran ocupando los lugares, fueran canalizando por las vías institucionales lo que en otros momentos se hacía como protesta en la calle.
Porque en esta oportunidad, al renovarse la mitad de este cuerpo, se dan las condiciones objetivas para que aquellos que represento ocupen por sí mismos el lugar que les corresponde. Y por eso, hoy presento mi renuncia al cargo de concejal de este Concejo Deliberante, para efectivizarse el 10 de diciembre próximo.
Algunos amigos y conocidos me han dicho que no están de acuerdo con este cambio, porque es en cierta manera no aprovechar mi experiencia. A ellos les digo que la mejor herencia que podemos dejar es que las nuevas generaciones puedan ejercer el derecho a equivocarse, a perder el temor a equivocarse, y mi misión, la de acompañar para que las equivocaciones sirvan para el crecimiento y no para la frustración.
Por eso, de ninguna manera esta renuncia significa que no cumpliré con el mandato de trabajar hasta diciembre del 2009, pero desde ahora como asesor de mi sucesora, con la misma dedicación con que lo hice hasta ahora.
No espero que todos comprendan esta determinación. Sólo pido que la respeten, porque sale de lo más profundo de mi convicción política y de la certeza de que mi sucesora, la profesora Mercedes Lamarca, desde su triple condición de joven, mujer y luchadora social será sin ninguna duda una fiel representante del Movimiento Libres del Sur en esta banca.
