WASHINGTON (AFP/DPA).- El presidente Bush se jugará a partir de hoy gran parte de su capital político y una buena porción del futuro de Medio Oriente, en una conferencia auspiciada por Washington en el balneario de Annapolis que busca un acuerdo entre palestinos e israelíes que siente una base concreta a negociaciones de paz tras siete años de parálisis en el proceso.
Pero hasta anoche, las perspectivas no eran halagüeñas. Los negociadores israelí y palestino no lograron concretar un texto común que siva de base para un futuro Estado Palestino que conviva con el Estado hebreo, como se pretende en la reunión internacional que comienza hoy.
El encuentro entre la ministra israelí de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, y el jefe negociador palestino, Ahmad Qorei, tuvo lugar en la tarde de ayer en el Departamento de Estado norteamericano, en presencia de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
"Queda trabajo por hacer y se han desplegado esfuerzos pero hasta el presente no hemos alcanzado un acuerdo", declaró Qorei al fin de la reunión. De todas maneras, calificó de "bueno" el encuentro.
La reunión tripartita estaba destinada a suavizar las divergencias sobre el documento común que serviría de marco para las futuras negociaciones. El lunes por la mañana ambas delegaciones habían anunciado importantes progresos en los diálogos para elaborar un documento conjunto, y los palestinos habían incluso afirmado estar cerca de alcanzar un acuerdo.
El documento buscado servirá de base a futuras negociaciones de paz israelo-palestinas, después de la reunión de Annapolis, estado de Maryland (este), a 40 km de Washington.
El presidente estadounidense, George W. Bush, será el anfitrión y logró comprometer la asistencia de 50 países y organismos, incluyendo países árabes clave como Arabia Saudita o Siria y del ex primer ministro británico Tony Blair, que representará al "cuarteto" formado por Estados Unidos, Rusia, ONU y la Unión Europea.. El jefe de la Casa Blanca se reunió ayer sucesivamente con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en un inequívoca señal de su compromiso con el éxito de la cumbre, que espera marque su "legado" al futuro.