LOS ÁNGELES (Télam)- La mitad de los diez mil residentes evacuados por los incendios en el balneario Malibú, en California, pudieron regresar ayer a sus hogares luego de que los bomberos lograron contener las llamas, informó la agencia DPA.

Los bomberos anunciaron que para anoche esperaban tener controlado un 50 por ciento de los fuegos, según informó la cadena de noticias CNN, que precisó que para mañana "las autoridades esperan que la situación ya esté completamente bajo control".

Aunque los vientos de Santa Ana amainaron, el alcalde de Malibú, Jeff Jennings, no quiere relajar la situación de emergencia: "oigan la radio, estén despiertos y preparados para la partida", recomendó a los residentes.

"Levantarse a las 4 de la mañana con humo en la nariz y el traqueteo del viento en las ventanas: aquí se debe vivir con esto", agregó Jennings y remarcó "pero cada vez que ocurre sigue siendo un shock".

Azuzado por los intensos vientos de Santa Ana, el fuego destruyó en pocas horas 49 mansiones de la lujosa vecindad del norte de Los Angeles. Numerosas celebridades del mundo de la música o del cine tienen sus lujosas mansiones en esta zona.

El incidente empujó al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, a reactivar el estado de emergencia declarado en octubre después de que decenas de incendios forestales devastaran el sur del estado en el que resultaron muertas 17 personas.

La investigación del nuevo brote de incendios considera que se deben a "actividad humana", según el Los Angeles Times que considera que los culpables del incendio podrían ser varias personas que acamparon en la zona.

Llamas de hasta 30 metros

de altura quemaron hasta ahora una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados.

Un intenso operativo que involucró más de 1.700 bomberos y 23 helicópteros impidió que los daños fuesen aun mayores. "Fue de gran ayuda que no hubiese incendios en otras zonas", destacó Jim Wilkins, portavoz de las autoridades forestales.

En octubre, más de una docena de focos transformaron el sur de California -desde Malibú hasta San Diego- en un verdadero mar de fuego.

Medio millón de personas se vieron obligadas a dejar sus casas temporalmente y miles de bomberos desbordados lucharon contra el fuego durante días en varios frentes. Cerca de 2.000 viviendas fueron destruidas.