La directora Nacional de Inteligencia Criminal, Verónica Fernández Zagari, negó haber participado en un presunto plan para desplazar de su cargo a la ministra de Defensa, Nilda Garré, y atribuyó la acusación a "una revancha de algún funcionario que no está seguro de su cargo".

Dijo que trató sólo temas "personales" con el relevado jefe de Inteligencia del Ejército, el general Osvaldo Montero, acusado de criticar junto a funcionarios de otra dependencia a Garré, en medio de versiones sobre el probable arribo del ministro Aníbal Fernández a la cartera castrense.

La funcionaria aseguró también que conoce al potencial responsable de la denuncia pública en su contra, pero rechazó la posibilidad de divulgar su identidad porque, según subrayó, quiere "poner paños fríos" al escándalo. Fernández Zagari efectuó así su primera declaración pública sobre el escándalo que produjo la noticia del relevo de Montero.

"Acá hay una revancha de algún funcionario que no está seguro de su cargo. Vengo de una forma de actuar que nunca fue pacífica y a algún sector no le convengo", remarcó la funcionaria en declaraciones publicadas ayer por el diario Clarín.

Sobre la acusación en su contra, añadió que "hay una revancha o una operación" para enfrentarla con Fernández, designado ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.

"Montero me llamó para felicitarme cuando asumí, el 15 de noviembre del año pasado. Hablé un tiempito después con él por razones personales, pero no tengo ningún trabajo en común y desconozco el tema militar.

Hace diez meses al menos que no hablaba con él", expresó.

Por su parte, el Ministerio de Defensa aseguró el sábado que el desplazamiento del jefe de Inteligencia del Ejército respondió a "razones de mejor servicio" y negó la existencia de escuchas telefónicas de la SIDE. (DyN)