Domingo 25 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 37 > Sociedad
"Pensé que habíamos chocado a una ballena"
El capitán del crucero hundido en la Antártida relató el naufragio mientras los pasajeros fueron trasladados a Chile

El capitán del crucero "Explorer", que naufragó el viernes en la Antártida, afirmó que en el momento del impacto pensó que habían "chocado con una ballena" y precisó que el daño causado en el costado de la nave fue "un poco más grande que (el tamaño de) un puño".

"A las 11.30 comprendí que algo no andaba bien. Primero pensé que habíamos chocado con una ballena. Luego, por la radio, escuchamos que había desesperación en el barco", dijo el sueco Bengt Wiman a medios de prensa del país escandinavo.

El capitán relató que en la madrugada del viernes el barco se encontraba atravesando por un sector de masas de hielo y, cuando se encontraban a unos siete metros de llegar a agua limpia, "de repente sonó la alarma de una habitación que estaba casi al medio del barco".

"Comenzamos a buscar el forado (agujero), lo encontramos bastante rápido y era un poco más grande que (el tamaño de) un puño. Entonces lancé la alarma y logré que todos los pasajeros se le

vantaran", relató. Según el testimonio del encargado de la nave, la tripulación comenzó a sacar con bombas el agua que entraba rápidamente por el bache, pero la labor se vio interrumpida a los pocos minutos, cuando se quedaron sin electricidad.

Wiman dijo que no estaba seguro de lo qué ocasionó el impacto, pero arriesgó que pudo haber sido "probablemente algún pedazo de hielo que era más duro que otros". Tras la alarma inicial, logró sacar a la embarcación del área de témpanos, pero luego

comenzó a inclinarse. "Entonces me ví obligado a ordenarles a todos que abandonaran el barco", contó.

Aseguró que él y 15 tripulantes se mantuvieron a bordo, tratando de retomar el control de la máquina, y lograron que los motores encendieran de nuevo, pero la inclinación del barco se acentuó. "Entonces yo también decidí abandonar el barco, como último hombre", prosiguió. "Cuando al fin logré bajar al bote salvavidas nos sentamos y comenzamos a abrazarnos", narró el capitán sueco.

Mientras tanto, ayer, los 100 pasajeros del crucero comenzaron a regresar a sus países de origen tras pasar la noche en una base militar chilena y una uruguaya, informa la BBC.

La empresa dueña del barco, la canadiense GAP Adventures, afirmó que todos se encuentran "bien de ánimo".

Graham Hockley, del Instituto de Ingeniería Marina, Ciencia y Tecnología británico, aseguró que el barco "es relativamente pequeño en comparación con el tamaño potencial de un iceberg. La cúspide del iceberg podría haber estado a 50 metros, pero podría haber una segunda falsa cumbre bajo el agua", que fue con la que chocó el "Explorer". Mientras tanto, las autoridades de la Marina británica aseguraron que la nave no tenía graves problemas de seguridad. (DyN y DPA)

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